Con las campanadas de las 12:00 del mediodía se dio inicio a esta Eucaristía, que fue presidida por el Administrador Apostólico, el obispo Galo Fernández, el padre Luis Alarcón Escárate, Vicario de Pastoral Social y el padre Sergio Cerecera, párroco de la parroquia El Sagrario.
El Vicario de Pastoral Social, fue el encargado de dar la bienvenida y agradeció a todos aquellos agentes pastorales, autoridades y demás personas que estaban conectadas por las redes sociales y a través de la plataforma de Zoom, de participar en esta celebración por el día nacional de la Solidaridad, quienes además desde sus comunidades ayudaron a realizar las lecturas del día.
Luego del Evangelio, el obispo inició su homilía indicando la importancia de esta fiesta, en donde recordamos a un padre de la patria del siglo XX: “Celebramos para nosotros una fiesta importante. Alberto Hurtado no deja indiferente a nadie, con razón ha sido nombrado como un padre de la patria del siglo pasado y se ha declarado este día como día de la Solidaridad, trascendiendo a su expresión propiamente religiosa, de fe, católica, a una dimensión de un impulso de la conciencia social que construye la patria”.
“Solidaridad significa una comunión profunda de un cuerpo solido en donde todo se transmite, todo afecta de un lado a otros, Chile está llamado a ser un cuerpo unido y un cuerpo unido en donde el dolor, las dificultades de uno afecten a todos y de algún modo los comprometa al servicio del bien de los hermanos más desposeídos”, agregó nuestro pastor.
Así mismo resaltó que San Alberto Hurtado tenía una cualidad de hacer el dolor de otros como suyo propio, de niños, trabajadores y una lista muy larga de tantas situaciones que él conoció en el nuestro país en aquellos años.
E invitó a hacer nuestra propia lista con aquellos hermanos con los que Jesús se identifica hoy, siguiendo las palabras del Evangelio “porque tuve hambre y me diste de comer…”, como lo hacen muchos en estos tiempos donde tantos la están pasando mal, pero hemos sido testigos de esa solidaridad que aflora cada vez más y más.
“Pidamos al Señor que encienda nuestro corazón para que nos ayude a traducir nuestra fe en obras, que no nos quedemos nunca en el encierro de un acto piadoso, sino que nuestra vida sea una Eucaristía prolongada, que lo que celebramos al partir el pan sea también la disposición a partir nuestra vida para vivir donándonos”.
Ya finalizando su homilía el obispo Galo Fernández indicó que San Alberto Hurtado está ofrecido por Dios a nosotros como una visita para movilizarnos en la misma ruta que él siguió, la ruta del compromiso, del amor y del servicio, para que nuestra fe verdaderamente se traduzca en obra y esas obras puedan dar testimonio de lo que está detrás de la vida de la Iglesia.
En los últimos momentos de la celebración el padre Luis Alarcón Escárate habló sobre la campaña Contagia Solidaridad, que se encuentra activa en todas las parroquias de la diócesis para seguir recolectando alimentos que ayuden a familias que más lo necesiten y, además, también recordó la labor de los comedores y ollas comunes que dan alimento a tantas personas en estos tiempos, a modo de invitación para que se sigan recibiendo donaciones y seguir ayudando a nuestros hermanos.
Fuente: Comunicaciones Talca