“Debemos mejorar nuestra comunicación, debemos purificar nuestras relaciones familiares, sociales, eclesiales (...) Desde lo más elemental: recordar que nos movemos a tres niveles, pensamiento, sentimiento, comportamiento o acción”.
Aós expresó que a pesar de que la crisis nos envuelve, “la esperanza no es una meta lejana, la esperanza nos acompaña. Tengo esperanza para Chile y para la Iglesia porque cuento con usted”.
Asimismo, el obispo señaló la virtud de la caridad como punto clave en la reflexión cristiana, especialmente en temas sociales, diciendo que “en medio de la crisis tenemos que discernir, tenemos que aprender o reaprender”, invitando, además a ejercitar las virtudes suscitadas por el Espíritu Santo al Pueblo de Dios, quienes en este tiempo de dificultad, han representado la unión y solidaridad en la fe, “la caridad ha de ser independiente de partidos e ideologías”, dijo.
El obispo afirmó tener esperanza, por la posibilidad de aprender a comunicarnos mejor, a nivel familiar, comunitario y de país. “Chile puede tener una comunicación, una convivencia diferente”, citando las palabras del Papa Juan Pablo II en su visita a Chile, Aós hizo “un llamado vehemente mis hermanos, hombres y mujeres y mujeres de buena voluntad, a renovar nuestra determinación de trabajar por la paz, a desterrar toda violencia como forma de expresión y relación, a creer firmemente en el diálogo como único camino para la paz y la justicia. Aprendamos de las experiencias del pasado para que, nunca más volvamos a repetir los tiempos en que nos vimos como enemigos unos de otros, incluso en el seno de nuestras propias familias (...) es hermosa la tarea, que el Señor y la Virgen nos ayuden en este empeño”.
Reflexiones de expositores en la Semana Teológico Pastoral
La economista Andrea Repetto, dijo que “la desigualdad tiene muchas caras, las mujeres son más de la mitad de la población y están en plena desventaja. Hay injusticia, impunidad, esfuerzos no recompensados y, sobre todo, una relación con el Estado que no te asegura”.
En materia de pandemia, la especialista reveló que “el Estado no está apoyando a las familias, lo apoya con recursos focalizados, por periodos cortos de tiempo, con mucho énfasis en préstamos y en ocupar sus ahorros a través del seguro de cesantía”.
Por su parte, el padre Paolo Asolán, decano del Pontificio Instituto Pastoral "Redemptor Hominis" de la Pontificia Universidad Lateranense, dijo sobre el rol de los laicos en la acción pastoral: "No se trata de favorecer la participación de los laicos, sino a su corresponsabilidad. Tal corresponsabilidad está enraizada en la consagración bautismal y es requerida por la misión evangelizadora implícita en esta misma consagración”.
Manifestó además, que reconocer a los pobres y vivir en comunión con ellos, significa “relacionarse en términos de una recomprensión de nosotros mismos a la luz de nuestra comunión con ellos, significa ante todo dejarse evangelizar por ellos”.
Francisco Carreño, miembro del Comité Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal de Chile, expresó que “el no respeto de los derechos humanos y su garantía es la principal vulneración y la cara más triste de las personas que viven en situación de pobreza”.
“Muchas de las dificultades que vive la sociedad chilena y latinoamericana tienen que ver con que lo ético se ha escapado de las manos”, dijo también.
Por su parte, la doctora María Teresa Valenzuela: “Detrás de cada enfermo, de cada fallecido hay mucho dolor. Un aspecto muy importante es apoyar en la espiritualidad. Es un valor tan relevante que puede sanar el alma de las personas. Más que nunca necesitamos fomentar la espiritualidad”.
Rodrigo Mardones, cientista político de la Universidad Católica expresó: “La oferta participativa en Chile es muy débil. No existen mecanismos efectivos, es necesario avanzar, pero también es necesario exigir. Es importante que la ciudadanía exija espacios de participación. La voluntad política no es solo de los que gobiernan sino de los ciudadanos”.
Durante los cuatro días de la Semana Teológico Pastoral 2020, cerca de 3 mil espectadores estuvieron conectados a través de las distintas redes del Arzobispado de Santiago.
Fuente: Comunicaciones Santiago