Conformado por una comisión de laicos que administra y gestiona todo lo referente a la iniciativa, la creación del fondo común tiene como objetivo apoyar económicamente y de manera igualitaria a las parroquias más vulnerables y con mayor déficit, producto de la crisis sanitaria por el COVID-19. Esta ayuda se concreta en pagos de sueldos, consumos básicos, así como la mantención de templos y capillas.
La comisión del fondo solidario recopila aportes del propio arzobispado, párrocos, parroquias con mayores recursos y a través de donaciones particulares. El padre Rodrigo Domínguez, Vicario de la Zona Cordillera, destacó que "la idea es que se les pueda ayudar a todas las parroquias que lo requieren, aunque no se pueda cubrir el 100 por ciento del déficit mensual".
A su vez, el obispo Aós señala que "los ingresos de las parroquias han estado anulados. Por eso hemos creado un fondo para ayudar a las parroquias que están en situaciones más precarias", extendiendo su agradecimiento a quienes han colaborado e invitando a quienes puedan hacerlo. "Uno de los grandes milagros que podemos hacer usted, yo y todos, es el de la solidaridad".
Fuente: Comunicaciones Santiago