El día 23 de junio fue llamado a la Vida eterna, y el Obispo Administrador Apostólico de Valparaíso, los párrocos y todos los sacerdotes de esta diócesis, al hacer oración por su ingreso a la Patria del Cielo, hacemos llegar un deseo de solidaridad y hermandad a quienes hoy lo echan mucho de menos como su cuñada y sus dos sobrinos con sus familias, como a todos los que fueron sus alumnos y hoy lo han recordado en sus comunicaciones virtuales, como los que de él recibieron los sacramentos y su generosa atención pastoral educativa de siempre.
Lo mismo nos unimos a quienes recibieron su servicio sacerdotal ejercido desde su jubilación como obispo de Rancagua, como apoyo a diversas parroquias y colegios de Viña del Mar desde 2004 hasta ahora. Don Javier supo educar y guiar a los fieles hacia la paternidad de Dios.
Supo siempre potenciar la educación cristiana y, por ello, participó en conferencias y reuniones de educadores católicos de América. Esa fue su misión cumplida ante las gentes "para conducirlas a la fe, a la libertad y a la paz de Cristo por el ejemplo de su vida y de la predicación, por los sacramentos y demás medios de gracia, de modo que les descubrió el camino libre y seguro para la plena participación del misterio de Cristo" (decreto Ad gentes Con.Vaticano II°).
Que los Corazones de Jesús salvador y de su madre María llenen hoy el alma de don Javier de su Gloria.
Obispado de Valparaíso
Fuente: Comunicaciones de Valparaíso