Esta iniciativa, coordinada por Misión Fátima Chile, “es una convocatoria abierta al pueblo fiel y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, para ofrecer a Dios en la Adoración Eucarística, la voluntad de reparar espiritualmente las consecuencias de los pecados de indiferencia a Dios y al prójimo”, señala Andrés Giménez, uno de los animadores de esta cruzada que se puede seguir durante todo el día en www.facebook.com/MisionFatimaChile.

Al respecto, desde Misión Fátima Chile, destacan cómo La petición de “reparación” es “reiterada, medular, en los mensajes dados en Fátima”, tanto en las apariciones del Ángel (1916) como en las de Nuestra Señora del Rosario de Fátima (1917); “cuya venerada imagen que se encuentra en Chile, enviada desde el Santuario de Portugal -recuerdan los organizadores de la Jornada de Reparación- estará presente en el último bloque de Adoración Eucarística (18:00 a 19:00) emitido por Streaming desde el Monasterio de la Visitación en la Arquidiócesis de Santiago”.

Además —“como un signo reparador, de amor a Dios en el prójimo”— invitan en esta Jornada a realizar una donación a la Cáritas de cada diócesis en la Campaña “Nadie Se Salva Solo”. También se puede donar en: Cuenta Corriente: 117-01 Banco de Chile / Nombre: Caritas Chile / RUT: 70.020.800-1 / E-mail: comunicaciones@caritaschile.org o en www.iglesia.cl/nadieestasolo

El Padre Carlos Cox, encargado nacional de la piedad popular y miembro también del equipo de servicio en Misión Fátima Chile, valoró también el “sentido” de esta Jornada: “Esta Jornada de Adoración-Reparación-Renovación ocurre en un momento muy de Dios, muy providencial. Se une el caminar de la Virgen de Fátima, con el caminar de la Iglesia. En el equipo de Misión Fátima Chile, luego de considerar la riqueza que aportan algunos pilares de los mensajes dados en Fátima. Nos pareció importante vivir juntos la adoración y reparación este sábado 13 de junio, aniversario de la segunda aparición. La Adoración es un tiempo de encuentro con Jesús Sacramentado para reparar la indiferencia frente a Dios y las consecuencias del pecado en la vida social”.

Fuente: Misión Fátima Chile