La cesantía ha golpeado fuerte a las familias de la diócesis de Rancagua, lo que redunda en la falta de dinero para la alimentación. Para apoyar a todos quienes están sufriendo por esta crisis económica, en distintas comunidades se han organizado ollas comunes, atendidas por voluntarios que preparan los almuerzos y otros que los distribuyen en las casas.
De acuerdo al catastro realizado por Caritas Diocesana, las ollas comunes apoyadas por las distintas comunidades se encuentran en:
• San Fernando, en Parroquia San Fernando Rey
• Quinta de Tilcoco, en el comedor fraterno y en Población Patria Joven.
• Rengo, existen dos ollas comunes.
• Requínoa en sector Los Lirios.
• San Francisco de Mostazal, en Villa Esperanza Norte y la Junta de Vecinos Nª1 de la población Manuel Rodríguez.
• San Vicente, en la Escuela El Libertador de Callejones y la Escuela párroco Miguel Bustamante de Pueblo de Indios.
• Santa Cruz, en la junta de vecinos La Corvi.
• Machalí, en campamento El Bosque.
• Rancagua: Unión Rancagua Sur, Campamento El Bosque, población Algarrobo, población Dintrans, Villa Las Rosas, sede Diego Portales.
Solidaridad en Rengo y Los Lirios
En la parroquia de Rengo ya hay dos comunidades que cuentan con una cocina solidaria, en beneficio de aquellas familias que están complicadas con su alimentación por no tener los ingresos necesarios.
“Laicos y laicas de nuestra comuna han respondido al primer llamado en la población San Benito, y se les agradece su aporte, al igual a las personas, instituciones y comunidades, que han colaborado con alimentos de todo tipo para servir ya a 50 familias”, indican en la parroquia.
La respuesta obtenida los ha motivado para hacer una segunda cocina solidaria en el sector de la Isla, más concretamente en la cocina de la Capilla San Francisco, que comenzará el 1 de julio.
Para esto, hacen un llamado a voluntarios que puedan preparar el almuerzo diariamente (de lunes a sábado); y otros que lo puedan distribuir por las casas, lo cual requiere algún tipo de movilización.
Además, se invita a la población a que pueda cooperar con alimentos no perecibles, que pueden hacer llegar, en horario de mañana, a la oficina parroquial de la Basílica de Santa Ana, o en su defecto, enviar dirección donde retirar la donación.
Por su parte, el padre Bernabé Silva, párroco de Jesús Crucificado de Los Lirios, señala que la generosidad ha sido tal que ya están dando de comer a 100 personas, la que van a retirar un plato de comida caliente en el comedor fraterno del templo.
Los invitamos a informarse cómo poder ayudar en estas iniciativas.
Fuente: Comunicaciones Rancagua