Iglesia de Melipilla distribuye kit de alimentos y se mantiene en contacto directo con los más necesitados
El compromiso directo con las comunidades no se ha detenido durante la pandemia. La Iglesia diocesana ha gestionado y distribuido ayuda a los más necesitados a través de las 31 parroquias que administra.
Más de 6.000 personas han sido ayudadas durante estas últimas semanas gracias al apoyo que desde el Obispado se ha coordinado para poder acompañar a los más necesitados. De ese modo, y con la entrega de 1.000 kits de alimentos con arroz, aceite y fideos, culminó la primera etapa de distribución de ayuda social en días de pandemia.
A través de las 31 parroquias que componen la diócesis y gracias a la gestión de Cáritas Diocesana, se suma la entrega de 1.200 cajas de mercadería para familias que durante estos días están pasando graves complicaciones económicas y que también considera a personas mayores y enfermos.
Érika Álvarez, directora de Cáritas Melipilla, cuenta que se encuentran apoyando, articulando y coordinando la ayuda que se distribuye como una forma de responder a las múltiples necesidades que se han generado. “En palabras del Papa Francisco Cáritas es el motor que organiza el amor y la solidaridad”, agrega.
Durante estos días complejos a nivel mundial, la diócesis de Melipilla ha desplegado distintos equipos de trabajo para estar presente con los vecinos, acompañar, escuchar y entregar aportes que favorezcan el pasar de mejor manera la pandemia.
Para Cristián Contreras Villarroel, obispo de la Diócesis que comprende los decanatos Rural, Talagante, Melipilla y San Antonio, la Iglesia no ha dejado de Evangelizar ni acompañar a los que más sufren. “Somos una Iglesia en Salida, somos una Iglesia para la acogida de las personas, estamos trabajando con Cáritas que realiza una gran labor para coordinar la ayuda y llegar de manera directa a quienes más nos necesitan”.
La Administración diocesana ha destinado todos sus esfuerzos para preparar proyectos y postular a fondos privados y estatales que permitan financiar todas estas iniciativas. De igual modo, y gracias al aporte de vecinos que han canalizado ayudas a través de sus parroquias, se continúa el trabajo social que se ha adaptado a esta nueva realidad de confinamiento y crisis económica que vive el país.
La ayuda concreta ha podido materializarse en diversas acciones que los párrocos han liderado con sus comunidades para seguir presentes como Iglesia, en contacto directo con quienes más lo necesitan, con iniciativas como teléfonos para atender espiritualmente y acompañar a quienes lo requieran, como también el adaptar las celebraciones litúrgicas para ser transmitidas a través de internet o diversos medios de comunicación.
Gestión financiera para poder seguir ayudando
Durante estos días se mantienen operativos 6 comedores fraternos que, diariamente, distribuyen más de 400 raciones de alimentos, los hogares que administra el obispado y donde viven 95 adultos mayores, los servicios de atención a migrantes, los 2 jardines infantiles con acompañamiento virtual y los 6 colegios diocesanos que también han coordinado ayudas directas a sus comunidades educativas.
En ese sentido, y como una forma de redefinir las prioridades, Alejandro Murillo, administrador del obispado, cuenta que iniciada la pandemia el presupuesto se ajustó para favorecer las ayudas directas a los más necesitados. De ese modo el 70% de los recursos se redestinó para compras de alimentos e implementos de seguridad y poder favorecer a los nuevos vecinos que se sumaron a las ayudas que permanente entrega la Iglesia.
En los próximos días se coordinarán nuevas entregas de ayuda con harina, legumbres y otros alimentos que Cáritas diocesana ya está adquiriendo para distribuir gratuitamente a los más necesitados.
Fuente: Diócesis San José de Melipilla