Disposiciones para la celebración de la Semana Santa 2020
en la Arquidiócesis de Puerto Montt
La celebración de la Semana Santa es el momento cumbre para quienes confesamos que Jesús de Nazaret es el Hijo de Dios hecho un ser humano como cada uno de nosotros y que entregó su vida por nuestra salvación. Cada año, tenemos la oportunidad de participar en estas celebraciones que comienzan con el Domingo de Ramos y concluyen con el Domingo de Pascua. En estos días, recordamos y hacemos presente las circunstancias vividas por Jesús desde su ingreso a Jerusalén, pasando por su juicio, pasión, crucifixión, muerte en la cruz, llegando hasta la celebración de su gloriosa resurrección. La Vigilia Pascual, celebrada el Sábado Santo en la noche, es el momento cumbre, pues contemplamos el triunfo de Cristo sobre la muerte por medio de su resurrección: la luz vence a las tinieblas. Estos son los misterios centrales de nuestra fe, que alimentan nuestra esperanza y nos incentivan a vivir la caridad.
Este año nos encontramos enfrentando la grave amenaza de la pandemia que ha producido la expansión a nivel mundial del virus COVID-19. Esta situación nos ha obligado a tomar la difícil decisión de no realizar celebraciones litúrgicas públicas, que generen una aglomeración de personas que pueda facilitar el contagio del mencionado virus, durante el tiempo que se extienda esta pandemia. Esta decisión incluye las próximas celebraciones de la Semana Santa. Dada esta compleja circunstancia, la Santa Sede ha dado algunas indicaciones para orientar las celebraciones de estos días en países que están siendo afectados por la pandemia como el nuestro (Decretos Prot. Nº 153/20, del 19 de marzo de 2020, Prot Nº 154/20, del 25 de marzo de 2020, y Nota Prot. Nº 154/20, del 26 de marzo de 2020, de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos).
Por estas razones, se han adoptado las siguientes disposiciones para la celebración de la Semana Santa de este año en todas las parroquias, capillas, colegios, monasterios y comunidades religiosas de la Arquidiócesis de Puerto Montt.
1.
Todos los fieles - laicos, laicas, religiosos, religiosas y ministros ordenados -
son invitados a participar espiritualmente en cada uno de los momentos de la Semana Santa. Las celebraciones litúrgicas no serán públicas y por eso no serán abiertas a la participación de fieles, pero serán celebradas por los sacerdotes en los templos parroquiales. Se invita a que todos puedan seguir estas celebraciones a través de la televisión, radio o plataformas digitales, en directo no grabadas; muchas de estas transmisiones serán desde nuestras parroquias.
2.
Los actos públicos de piedad, a los que habitualmente concurre mucha gente,
quedan suspendidos, como el via crucis a la cruz de la Isla Tenglo o a Puerto Varas.
3.
El Domingo de Ramos (5 de abril) se omitirá la bendición de ramos y se adoptará la tercera fórmula prevista en el Misal Romano para esta celebración. Las familias en sus hogares son invitadas a preparar un ramo como signo de comunión con otros fieles que participan espiritualmente de la conmemoración de la entrada de Jesús a la ciudad de Jerusalén. En ninguna Iglesia se entregará ramos bendecidos.
4.
La Misa Crismal se posterga para una fecha a definir, una vez que haya terminado la emergencia sanitaria.
5.
El Jueves Santo (9 de abril) se celebrará la Misa de la Institución de la Eucaristía, sin fieles en las parroquias. Se omitirán tanto el lavatorio de los pies como la procesión y el monumento para la reserva del Santísimo, el que se conservará en el Sagrario.
6.
El Viernes Santo (10 de abril) es día de ayuno y abstinencia, acompañando a Jesucristo en su sepultura. La habitual Colecta por los Santos Lugares que se hace en este día ha sido postergada para el Domingo 13 de septiembre. En la liturgia de la Pasión del Señor, que se celebrará en los templos parroquiales, en el último lugar de la Oración Universal se incorporará una oración especial por los enfermos, por los que están sufriendo y por el personal sanitario, de servicio y seguridad que está trabajando para la superación de esta pandemia. Se propone el siguiente texto:
Por los países afectados por la pandemia del coronavirus
Oremos, hermanos, a Dios Padre Todopoderoso, para que libre al mundo de la epidemia del coronavirus, sane a los enfermos, dé fortaleza a los médicos, enfermeras y auxiliares, al personal de servicio y seguridad - civiles y militares -, sabiduría a los científicos para encontrar la curación a esta enfermedad, el descanso eterno a los fallecidos y el consuelo a sus familiares.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote:
Padre todopoderoso, auxilio en nuestras necesidades, fortaleza en nuestros sufrimientos y consuelo en nuestra aflicción, ten compasión de tu pueblo y purifícalo en esta adversidad, para que pueda luego disfrutar del alivio de tu misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
O bien:
Padre omnipotente y misericordioso, alivia nuestra angustiosa situación y abre nuestro corazón a la esperanza, para que confiemos siempre y sin vacilaciones en tu paternal providencia. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
7.
El Sábado Santo (11 de abril), al caer la noche, se celebrará la Vigilia Pascual sin presencia de fieles en las iglesias parroquiales u otro templo autorizado por el Obispo. Se omite la liturgia del fuego; sin procesión, se enciende el cirio pascual y se proclama el pregón pascual. En la liturgia bautismal, no habrá bautismos ni bendición del agua en la fuente ni aspersión de agua; sólo se renuevan las promesas bautismales.
8. En el
Domingo de Pascua de Resurrección del Señor (12 de abril) se seguirán las mismas indicaciones antes señaladas por esta emergencia sanitaria.
Quisiéramos recordar que, al igual que otros años, se ha iniciado la campaña de cuaresma de fraternidad. Ante la dificultad de tener acceso a las conocidas “cajitas” de cuaresma, se recomienda visitar la página web http:// www.cuaresmadefraternidad.cl/, en donde se indican formas alternativas de cooperación económica para esta campaña.
Insistimos en la necesidad de ser responsables ante esta pandemia y no caer en la superficialidad o en la desesperación. Seamos disciplinados, siguiendo las indicaciones provenientes de la autoridad, tomando las debidas medidas de precaución y siendo diligentes en la solidaridad, la que en este caso significa también hacer todo lo posible para evitar eventuales contagios.
Seamos cuidadosos especialmente en velorios y responsos por difuntos, guardando la debida distancia para evitar contacto físico con otras personas. Evitemos salir de nuestras casas, salvo por una razón justificada.
El Arzobispado de Puerto Montt ha tomado ya contacto con las correspondientes autoridades para ofrecer toda nuestra colaboración para enfrentar esta grave amenaza, lo cual implica poner a disposición lugares en donde se pueda recibir enfermos.
No obstante, lo anterior, lo más importante es no decaer en nuestro espíritu de oración y deseo de comunión con Dios. Sabemos que el Señor de la Vida no defrauda a su pueblo y, por eso, es muy importante que nuestra oración sea una genuina forma de implorar su presencia salvadora en este momento. Objeto prioritario de nuestra preocupación son los enfermos y aquellos que pueden contraer con más facilidad esta enfermedad, como los adultos mayores o quienes tienen enfermedades preexistentes de orden respiratorio u de otro tipo; por eso, todos debemos sentirnos responsables de su salud. Nos hemos de sentir cercanos además al personal médico y que presta servicios sanitarios - ellos con su desvelo y trabajo a veces arriesgan su propia salud para servir a otros - así como también a aquellos que colaboran manteniendo los servicios necesarios y la seguridad para que continúe la vida en nuestras ciudades y poblados.
Nos confiamos a la maternal protección de la Santísima Virgen María, Nuestra Señora del Carmen, Patrona de nuestra Arquidiócesis de Puerto Montt.
+Fernando Ramos Pérez
Arzobispo de Puerto Montt
Fuente: Comunicaciones Puerto Montt