Como bautizados, somos llamados a proclamar el Evangelio, para responder hoy día a la urgencia evangelizadora de nuestro tiempo, por eso es necesario que despertemos una corresponsabilidad con la misión y evangelización en nuestra diócesis, parroquias, comunidades, familias, recordando la invitación que nos hace el Papa Francisco de ser “Una Iglesia en salida misionera”, todos en oración y misión, así construyendo un “estado permanente de misión”.
La celebración, se inició con la procesión por las céntricas calles de la capital regional, donde delegaciones de las FFAA y de Orden, además de colegios y parroquias, acompañaron a la imagen de la Santísima Virgen del Carmen.
Luego, en el Templo Catedral, el obispo de la Diócesis San José de Temuco, señaló: “En esta ocasión, queremos venerar de manera especial a la Virgen del Carmen, tan ligada a nuestra historia libertaria y como Nación.
Imploraremos su intercesión, para obtener de su Hijo Jesucristo las gracias y bendiciones que tanto anhelamos para nuestra salvación, para tener en El vida verdadera, vida más digna y plena para todos. Es Ella, como Madre del Consuelo, quien nos urge a no olvidarnos jamás de todos quienes sufren en el cuerpo o en el alma. A causa de la falta de amor y de una familia, del abandono y de la enfermedad, del pecado y de la privación de libertad, de la miseria y la exclusión y a comprometernos como Ella lo hizo, con quienes claman justicia y solidaridad y con cuántos cada día se esfuerzan por construir un mundo según el querer de Dios.
Este domingo también, sumándonos a la Iglesia Universal, damos inicio a un mes misionero especial. La celebración de este mes nos ayudará en primer lugar a volver a encontrar el sentido misionero de nuestra adhesión de fe a Jesucristo, que hemos recibido gratuitamente como un don en el bautismo. Y esta vida divina es una riqueza para dar, para comunicar, para anunciar a la sociedad sin excluir a nadie; este es el sentido de la misión. La fe en Jesucristo nos da la dimensión justa de todas las cosas haciéndonos ver el mundo con los ojos y el corazón de Dios.
Fuente: Comunicaciones Temuco