Teatro, documentales, foros, cicletadas y peregrinaciones, fueron parte de las actividades que se realizaron en la población La Victoria para recordar la memoria del sacerdote que hace 35 años murió producto un disparo y que conmocionó a todo un país.
El padre Rafael Hernández, vicario de la Zona Sur y cercano a André Jarlan, no pudo dejar de recordar aquella noche al llegar una vez más hasta La Victoria: "Yo estaba en una parroquia vecina. Era párroco de San Lucas y me enteré en la tarde. Yo creo que dormí aquí (parroquia) esa noche y nunca la olvidaré. La luz estaba cortada, pero las velas iluminaban toda la población. Fue impresionante", relató.
Luego de recordar ese difícil episodio, no tuvo palabras para describir al cura de origen francés: "La población guarda un profundo cariño por André, por su vida, con su compromiso. Yo pienso cuando pasen 35 años de mi muerte, si uno va a ser capaz de juntar tanta gente. La memoria de André aquí se conserva viva como ejemplo de compromiso, de dar la vida por otros a la manera de Jesús", expresó.
Es por eso que el homenaje debía ser en grande. La figura del padre Jarlan nunca pasó inadvertida y desde su llegada a nuestro país, marcó una particular forma de llevar el Evangelio: "Una semana intensa, llena de actividades que vale mil veces la pena. El padre André dejó un legado inmenso en nuestro sector y estamos orgullosos de poder contribuir. Es un honor ser parte de la organización. Y como cristianos es un deber luchar contra las injusticias desde la base de la fe y no tanto de lo humano", como describe Javiera Ibáñez, de la Pastoral Juvenil de la parroquia.
La misa de este domingo 8 de septiembre tampoco quedó ajena a los simbolismos. Presidida por monseñor Celestino Aós, las cerca de 300 personas pudieron reflexionar el mensaje que dejó Jarlan y que, en voz del obispo, marcó profundamente a los asistentes: "El padre André Jarlan escuchó la voz del Señor, eligió un estilo de vida coherente y por eso vino desde su tierra hasta aquí, hasta Chile, hasta La Victoria", indicó monseñor Aós en su homilía.
Añadió: "El padre Jarlan entendió que el camino de Jesús es renunciar a todo tipo de violencia en las relaciones con los hermanos, a fin de dar vida en abundancia y digna. Al recordar su memoria, no podemos quedarnos en algunos hechos del pasado. Es hoy, cuando tengo que elegir entre la honradez o la corrupción. Es hoy, donde tengo que elegir entre la solidaridad o cerrarme a la posibilidad de anunciar el Evangelio como lo haría André".
Celebración larga, pero llena de signos que recordaron su trabajo pastoral y social, ese mismo trabajo que lo llevó a ser reconocido no sólo en La Victoria, sino que a largo de Chile. Como cuenta la hermana Donata Cairo, quien lleva un fuerte trabajo social en el sector: "El padre André para la población La Victoria es muy importante, es un referente. Es alguien que vivió el evangelio no desde la sacristía, sino desde la población. El trascendió en la comunidad cristiana y ha sido un pastor para todos. Y me di cuenta que no sólo trascendió en lo social, sino que en los jóvenes y en los más pequeños, el testimonio que nos dieron los jóvenes esta semana, donde ellos han recibido de sus padres y de sus familiares sobre Jarlan, es maravilloso".
Jorge Puente, es profesor de Religión y todos los años llega hasta La Victoria para abrazar el recuerdo de Jarlan y dejar que no se escape: "El padre André fue un testimonio vivo contra la opresión y siempre debemos tenerlo en la memoria como buenos cristianos. Él fue un ejemplo de lucha contra la delincuencia y el narcotráfico, que hoy, muchas veces, nos preguntamos cómo sacarlo de la sociedad", despidiéndose con un "gracias padre André Jarlan, nos vemos el próximo año".
Fuente: Iglesia de Santiago
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