A través de un llamado por redes sociales, más de 30 migrantes provenientes de 11 parroquias de Santiago junto a la banda Lemon, se reunieron en la Parroquia Italiana para recrear el famoso video de la canción I’m still haven’t found what I’m looking for el que registra el ensayo que la banda irlandesa U2 realizó junto al coro The New Voices of Freedom en una iglesia de Harlem.
La idea nació tras una encuesta que realizó el Departamento de Movilidad Humana del Arzobispado de Santiago en 212 parroquias. “Fue muy interesante el resultado, porque una gran cantidad de parroquias están abiertas a integrar a los migrantes y de toda esa riqueza un punto especial son los coros”, explica el padre Marcio Toniazzo, director del Instituto Católico Chileno de Inmigración (Incami).
La elección del tema se hizo justamente porque mezcla distintos elementos culturales y habla de la búsqueda del sentido de la vida y la esperanza de la venida del Reino de Dios. “Quisimos comunicarnos con la sociedad e integrar lo cultural de un modo moderno, ofreciendo esta canción”, dice el padre Marcio. “Haciendo algo similar a lo que hizo U2 hace 30 años, entregamos nuestro aporte a la cultura y hacia los migrantes”.
Para lograr que el video fuese igual al que se muestra en la película Rattle and Hum, desde el Incami contactaron a Lemon, la famosa banda chilena tributo a U2. Andrés Zúñiga, vocalista del grupo, relata que ellos no conocían al coro, pero cuando los escucharon se entusiasmaron con la idea. “Recibí un mail. Nos plantearon hacer esta versión, pero no sabíamos mucho de qué se trataba”. Tal como en la historia original, en que U2 recibió un cassette del coro de Harlem y luego fueron a verlos a la iglesia, los integrantes de Lemon fueron al ensayo del coro Latinoamericano: “Escuchamos cómo sonaban y dijimos, ‘ya, estamos’”. El cantante añade que hay muchas cosas que los motivan: “Los chilenos nos estamos poniendo extremos y este tipo de cosas hacen precisamente lo contrario, unen a las personas en torno a una voluntad de cantar”.
Quiénes componen el coro
Muchos de los integrantes del coro son músicos profesionales o que han participado toda la vida en grupos como estos. Hay varios que provienen de Colombia, El Salvador, Cuba, Ecuador, Alemania, Haití, Venezuela, entre otros.
Entre sus motivaciones para participar están el hacer del canto una alabanza y las relaciones de solidaridad y compañerismo que en ellos se viven. “Yo soy una persona muy sociable y he encontrado una familia en el coro”, dice venezolano Luis Rodríguez quien cantaba en una orquesta en su país y que llegó al coro a través del padre Marcio. Por su parte, a Ingrid Peña, venezolana está hace dos años en el coro Latinoamericano, le llamó la atención la integración que existe. “Estamos unidos ayudándonos unos a otros, que es la idea. No es solamente venir a la misa y cantar, hay que ayudar”, dice.
Para Adrián Martínez, director del coro y graduado de piano y canto en Cuba, “estos son pequeños pasos que se van dando en cuanto a la integración. Gracias a Dios, me han recibido bien, han sido bien acogedores. No he sentido la discriminación, pero a veces se escuchan comentarios y ojalá que eso mejore. Vinimos todos a trabajar y hacer el bien”.
Aunque no todas las experiencias en Chile han sido positivas, Marc Arthur, haitiano llegó hace casi un año a Chile rescata el ser parte de estas agrupaciones. “De cómo reciben los chilenos, no quiero hablar, pero de la integración de los colombianos, ecuatorianos, venezolanos, es maravilloso”, dice. Participa en coros desde los 14 años. “Donde haya actividades de iglesia y de personas, quiero estar. Estoy en un proyecto de un álbum y necesito conocer gente y hacer contactos”.
Mezclas de ritmos
Para los integrantes del coro esto fue una experiencia única y enriquecedora. “Escapó un poco de lo que hacemos siempre. Habíamos hecho bachata, salsa, merengue, pero gospel, nunca”, cuenta Katia Valdés, coordinadora del movimiento Scalabriniano de ayuda al migrante y parte de la organización del coro. “Nos hemos esforzado por traer distintos ritmos y a medida que corrientes migratorias se van sumando a esta parroquia. Hemos intentado que cada uno se sienta un poco en casa”.
El padre Marcio valora la riqueza que aportan a la forma de expresar el amor a Dios. “Ellos son mucho más dinámicos en el aspecto religioso. Tienen más expresiones para vivir su fe. Incorporan nuevos ritmos y nuevos instrumentos. Antes no conocíamos los cuatros, por ejemplo”, unas especies de guitarras venezolanas que han añadido otros sonidos a las liturgias.
La música une
En las parroquias que se han abierto a la migración, hay coros en que todos sus participantes son migrantes. Si bien hay grupos que tienen cierta resistencia a estos nuevos ritmos “porque fueron criados en otro contexto, en aquellas parroquias donde se integran, viven comparten la fe y las personas hacen un trabajo para aceptarlos”, dice el padre Marcio.
Si bien gracias a estos esfuerzos y a acciones como la regularización de quienes han ingresado al país se han logrado avances, el padre Marcio reconoce que existen temas pendientes. “Esperamos que aumente cada vez más el empleo. El migrante viene con gran capacidad. Chile ha recibido personas altamente formadas sin que le haya costado un peso hacerlo, hoy son profesionales que pueden aportar en esos trabajos, por lo tanto lograr incorporarlos en los rubros donde están capacitados”.
También, otro desafío “es la interculturalidad. Significa poder trabajar la integración del migrante con la comunidad local en la apertura a quienes llegan con otra cultura, con otros ritmos, otras costumbres, y que a su vez el migrante pueda respetar a país que lo acoge. No es ensamblar, sino construir juntos un nuevo país y esta nueva sociedad que se va formando”, agrega.
El video, que circula en las redes sociales, es una muestra de esto. “Me llama la atención cómo, en tan poco tiempo, el lenguaje y los parámetros de la música son capaces de eliminar un poco la heterogeneidad de los que nos reunimos en este coro y unirnos en una sola cosa para lograr algo que sonó muy bien”, concluye Katia Valdés.
Creo en la llegada del Reino
En 1988 la banda irlandesa U2 lanzó su nuevo álbum “Rattle an Hum” y reversionó la canción “I still haven’t found what I’m looking for” (del albúm The Joshua Tree), la cual ha sido catalogada por la revista Rolling Stone como una de las 100 mejores canciones de todos los tiempos. Grabada en Harlem, Estados Unidos, la canción contiene temáticas como la búsqueda de la fe, de la plenitud de la vida en Dios y varias citas o referencias bíblicas como “I have spoken with the tongue of angels” - He hablado con la lengua de los ángeles- (1 corintios 13:1), el Padre Nuestro: "I believe in the Kingdom come" – Creo en la venida del Reino-, y a la Pasión de Cristo: "you broke the bonds/and you loosed the chains/carried the cross of my shame" - rompiste los lazos / y soltaste las cadenas / llevaste la cruz de mi vergüenza -.
“Creo en la venida del Reino” dice el coro de la canción, y tres décadas después del álbum Rattle and Hum se renueva ese llamado del Papa Francisco a acoger, proteger, promover e integrar a nuestros hermanos migrantes.
Fuente: Comunicaciones Santiago
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