En la solemne Misa de la Vigilia de la Natividad del Señor, o más conocida como la Misa del Gallo, el cardenal Ricardo Ezzati, comenzó su eucaristía con la procesión hasta el pesebre ubicado a un lado del altar de templo, hasta donde dejó la figura del Niño Jesús que ubicó a los pies de María y José, como signo del nacimiento de su Hijo.
En su homilía, señaló que "ciertamente de todas las festividades del año, la Fiesta de la Navidad es una de las más queridas desde nuestra experiencia cristiana. Los que estamos aquí, hemos vivido esta experiencia de fe desde acontecimientos diversos. Algunos, los estamos viviendo con el gozo de la comunión cotidiana. Otros, las estamos viviendo añorando la tierra lejana que hemos dejando en busca de mejores horizontes. Algunos viven en la alegría de la santidad y otros, en la desesperanza".
Luego, recordando a todos quienes en estas fechas viven momentos difíciles, les exhortó que "para todos hoy resuena la Buena Noticia. Hoy en Belén les ha nacido un Salvador", y a la luz del evangelio de Lucas, que relata el nacimiento de Jesús, les dijo: "Allí a lo mejor, estábamos también nosotros. Con nuestra soberbia, con nuestros pecados, con nuestro egoísmos y con nuestras necesidades más urgentes. Pero en esos acontecimientos, la victoria es de Jesús que nace pobre, sencillo, humilde, acogido por los humildes, acogido por María y José, invitados por Dios a no tener miedo a abrirles las puertas al Niño Jesús".
En la eucaristía del martes 25 al mediodía en tanto, el Arzobispo de Santiago, reiteró las alegría por la gracia de ser testigos del nacimiento de Jesús de Belén y la importancia de esta festividad: "La Navidad que hoy celebramos, es la Navidad del año 2018. Una Navidad que está también rodeada de tantos acontecimientos. Muchos alegres, otros silenciosos, que hablan de solidaridad con los más pequeños, de perdón y de reconciliación en el seno de la familia, de la búsqueda de comunión fraterna; y otros signos que hablan de nuestro pecado y de la miseria humana y de lo que vive institucionalmente nuestra comunidad eclesial", a lo que exhortó a ser testigos e hijos de Dios.
Cada una de las misas, estuvo marcada por la masiva presencia de feligreses y principalmente de migrantes, quienes acompañados de sus familias, amigos y cercanos, pudieron celebrar Navidad junto a Jesús y el pesebre.
Fuente: Comunicaciones Santiago
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