Dicho encuentro, tuvo como objetivo reunir en torno a Cristo a todos los jóvenes provenientes de las diferentes comunidades juveniles de nuestra Iglesia local, para intercambiar experiencias y testimonios, además de conversar junto a nuestro Pastor diocesano, también dialogar y dar conocer los pensamientos y sentimientos de todos los jóvenes, y compartir el trabajo realizado durante el transcurso del año.
A nuestro Obispo, Monseñor Héctor Vargas, nuestros presbíteros, diáconos, religiosos y religiosas y a los fieles laicos de la Diócesis San José de Temuco:
1. Con mucha alegría y esperanza, y junto a las palabras de Jesús escritas por el evangelista Mateo, como jóvenes de la Diócesis San José de Temuco, les saludamos afectuosamente en Cristo Jesús a través de esta carta. En ésta queremos dar a conocer las conclusiones del trabajo realizado en el último encuentro de la juventud, el pasado 18 de agosto del presente año.
2. Porque “no podemos callar lo que hemos visto y oído” (Hch. 4,20), hemos querido realizar este escrito, pensando que pueda servir como aliento para continuar con la construcción del Reino y la proclamación del Evangelio, en este tiempo de crisis que atraviesa nuestra Iglesia.
3. Celebrando el día de la solidaridad, recordando a nuestro Santo “Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, era forastero y me acogisteis, estaba desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y acudisteis a mí. Entonces los justos le responderán: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, o sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero y te acogimos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y acudimos a ti? Y el Rey les dirá: os aseguro que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis.” > Mt 25, 35 -40.4 chileno, San Alberto Hurtado, en el marco del año del Congreso Eucarístico y con motivo del segundo Encuentro de Juventud de la Diócesis de San José de Temuco, organizado por la Vicaría de la Juventud, nos reunimos el día sábado 18 de agosto del presente año, en la ciudad de Victoria, cerca de 600 jóvenes, cada uno proveniente de los distintos decanatos de la diócesis; Angol, Imperial, Temuco Norte, Temuco Sur y Victoria.
4. Dicho encuentro, tuvo como objetivo reunir en torno a Cristo a todos los jóvenes provenientes de las diferentes comunidades juveniles de nuestra Iglesia local, para intercambiar experiencias y testimonios, además de conversar junto a nuestro Pastor diocesano, también dialogar y dar conocer los pensamientos y sentimientos de todos los jóvenes, y compartir el trabajo realizado durante el transcurso del año.
5. Como lema para el presente encuentro hemos recordado el mensaje que el Papa Francisco nos dio en su visita a Chile en el mes de enero del año en curso, específicamente en el encuentro con los jóvenes en el Templo Votivo de Maipú: “Los que pueden anótenlo: «¿Qué haría Cristo en mi lugar?». «¿Qué haría Cristo en mi lugar, en la escuela, en la universidad, en la calle, en la casa, entre amigos, en el trabajo; frente al que le hacen bullying: «¿Qué haría Cristo en mi lugar?». Cuando salen a bailar, cuando están haciendo deportes o van al estadio: «¿Qué haría Cristo en mi lugar?». Esa es la contraseña, esa es la batería para encender nuestro corazón y encender la fe y encender la chispa en los ojos para que no se les vaya. Eso es ser protagonistas de la historia (…) Y la única manera de no olvidarse de la contraseña es usarla, (…) Y hay que usarla todos los días. Llegará el momento que se la van a saber de memoria y llegará el día en que, sin darse cuenta, el corazón de cada uno de ustedes latirá como el corazón de Jesús.” (SS Francisco, 2018).
6. Recordando estas palabras y poniendo en el centro a Jesús, quisimos que este encuentro fuese un momento de reflexión y de escucha, viendo la realidad que vivimos como Iglesia en donde no podemos ser indiferentes con todos los acontecimientos que han ocurrido. Dialogar y escuchar lo que sienten y piensan nuestros jóvenes, siempre con Jesús como nuestro ejemplo.
7. La metodología de trabajo en este encuentro, fue como mencionamos anteriormente en base a la escucha de todos los participantes. En un primer momento se dio la bienvenida con cantos y alabanzas, para reencontrarnos entre las comunidades y vivir momentos de fraternidad. Para generar la reflexión de los jóvenes se realizó una charla introductoria con la Carta del Santo Padre Francisco “Al Pueblo de Dios que peregrina en Chile”.
8. Posteriormente los jóvenes fueron asignados a grupos más pequeños, eran presididos por monitores previamente formados para realizar esta actividad. En cada grupo se compartieron una serie de preguntas tomadas de la ficha Nº 2 del Congreso Eucarístico, orientadas a conocer la vivencia que cada joven ha tenido de la crisis actual de la Iglesia, las cuales fueron: ¿Qué sentimientos despierta en mí esta crisis? ¿Cómo afecta mi sentido de pertenencia a la Iglesia y mi confianza en ella? ¿Cómo afecta mi fe en Jesucristo? ¿A qué me invita?
9. Las respuestas de cada grupo fueron anotadas por secretarios quienes luego tuvieron la misión de elaborar un resumen de ellas. II. “Los males de nuestro mundo —y los de la Iglesia— no deberían ser excusas para reducir nuestra entrega y nuestro fervor” (S.S. Francisco, 2013, E.G.84)
10. Estas respuestas muestran el sentir de los jóvenes de nuestra Iglesia diocesana, es la vivencia que han tenido de esta crisis, es la visión de los que empiezan la vida en la fe, y creemos que debe ser conocida y acogida por nuestra Iglesia, especialmente por nuestros pastores, para que, sabiendo lo que está en el corazón de ellos, se dé la respuesta comprometida que guíe a esta porción del rebaño al Señor.
Jesús, nuestro consuelo
¿Qué sentimientos despierta en mí esta crisis? ¿Cómo afecta mi sentido de pertenencia a la iglesia y mi confianza en ella?
11. Existe un gran sentimiento de dolor que causa esta crisis por todas las personas afectadas y quienes somos parte de la Iglesia. Vergüenza, desconfianza y desilusión, fueron las palabras que más se repetían al momento de compartir las primeras preguntas. Además, comentan el temor de acercarse a los sacramentos y a la vida activa de la Iglesia.
12. Es importante mencionar que en el entorno de los jóvenes hay miedo de que por participar en la Iglesia sean víctimas de abuso. También despierta la preocupación por el que sufre; tenemos claro que la Iglesia no son solo los sacerdotes, sino que somos todos, hombres y mujeres, niños, jóvenes y ancianos, y cuando una parte de ella sufre, todos sufrimos.
13. Sin embargo, sabemos que es en estos momentos donde hay que estar más cerca de Dios y de la Iglesia, es importante seguir participando para no perder el foco en Cristo, además de hacer ver la Iglesia joven y alegre que somos todos.
Jesús, nuestro centro
¿Cómo afecta mi fe en Jesucristo?
14. Sabemos que la Fe debe de estar puesta en Jesús, es cierto que con la crisis hay sentimientos encontrados y se puede ver afectada en algún grado, pero durante el transcurso del encuentro fue mencionado en varias ocasiones que la Fe en Jesucristo está intacta y sigue firme.
15. En el diálogo los jóvenes expresaron que veían esto como una prueba de fe, el cual se ha transformado en un tiempo muy complejo, pero les da la fortaleza y valentía para perseverar en este camino, a través de la reflexión y la oración.
16. Como Vicaría de la Juventud nos da mucha alegría y esperanza escucharlos y sentirlos tan apasionados defendiendo su fe.
Jesús, nuestra esperanza
¿A qué me invita?
17. Nos invita como Iglesia joven a ser agentes activos de cambio, que reunamos y forjemos una Iglesia acogedora, sobretodo, tener un sentimiento de empatía con las personas afectadas por las distintas situaciones de abuso dadas al interior de la Iglesia local y nacional. Estos sucesos nos deben ayudar a tomar conciencia, para no caer en lo mismo y aprender de los errores.
18. Nos invita a reflexionar y a cambiar la cara de la Iglesia como jóvenes, haciéndola más transparente, cercana, empoderándonos de las opiniones fundamentadas al defender nuestra fe, que cuando escuchemos hablar sobre esto, no nos quedemos callados.
19. Acoger y apoyar a quienes han sido víctimas. Ayudar y acompañar con nuestra oración a los sacerdotes y/o religiosos que han incurrido en estos graves delitos, como acción misericordiosa. Agradecer y continuar rezando por el trabajo de los consagrados que cumplen con su labor fielmente en silencio en medio del estigma que viven actualmente. Enseñar con acciones concretas, acercar la doctrina y catequesis de forma más lúdica a los adultos y los demás jóvenes para que así se acerquen a la Iglesia.
20. Continuar con la misión de los primeros cristianos, anunciando la Buena Noticia a todos los pueblos, en nuestros hogares, colegios, universidades y barrios, sin desanimarnos, a pesar de las dificultades que podamos encontrar en el camino, seguir fieles a Jesús y sus promesas.
21. Con nuestra fe firme en Jesús, queremos seguir sirviendo en nuestra iglesia, porque sabemos que podemos ser un real aporte en nuestras parroquias y comunidades. Queremos servir con nuestras herramientas, nuestros dones y talentos e involucrarnos más en el trabajo pastoral, siendo una verdadera comunidad, donde todas las generaciones, niños, jóvenes y adultos vivamos en un ambiente de fraternidad, centrados en Cristo y su Palabra.
22. Finalmente, porque no podemos sin ayuda en este proceso que vive nuestra Iglesia, nos acogemos a la intercesión y acompañamiento de María Santísima que en la crisis de la Cruz, Jesús, nos dejó como madre.
Se despiden afectuosamente en Cristo
Vicaría de la Juventud
Diócesis San José de Temuco
4 de Octubre, 2018
en la Fiesta de San Francisco de Asis
Fuente: Comunicaciones Temuco