En la Catedral San Juan Bautista y presidida por el Obispo Óscar Blanco Martínez se celebró una Misa que tuvo especial dedicación a las comunidades extranjeras residentes en la Provincia El Loa.
Una convocatoria organizada por la Pastoral de Movilidad Humana dependiente de la Diócesis San Juan Bautista que por varios años ha procurado orientar y atender a la población de inmigrantes que llegan a la zona en busca de mejores expectativas de vida.
El Obispo al referirse a las situaciones que determinan que miles de personas en el mundo abandonen sus tierras, mencionó los procesos de crisis que enfrenta la humanidad, al respecto apuntó, "la mayoría de los países latinoamericanos tienen raíces profundamente cristianas y muchos están sacando a Dios de sus políticas, educación de las familias, están retrocediendo, no están volviendo a Dios y cuando éste no está presente en el corazón del hombre, entonces pasa lo que está pasando en nuestra sociedad, la crisis se manifiesta. Ante esto, el otro ya no es mi prójimo, no es mi hermano".
Agregó, que la situación económica, la violencia interna, la guerra civil hace que muchos tengan que salir, abandonar su familia, su tierra porque no encuentran seguridad, esto es fruto de la crisis de nuestra sociedad moderna, que deja de lado los valores fundamentales, la familia, la justicia, la paz y la solidaridad.
Ante los procesos de migración que hoy se observan y la acogida que se les debe brindar especialmente de quienes se dicen seguidoras de Cristo, Monseñor Blanco quiso referir a la canción que habitualmente se canta en la Misa, “No te importe la raza ni el color de la piel, ama a todos como hermanos y haz el bien”.
“Jesús nos ayuda a descubrir en aquel que ha dejado su país, su tierra para llegar a nuestro país, a nuestra ciudad a reconocerlo como mi hermano y hacer el bien”, dijo.
Señaló que no es la mejor fórmula o política ir cerrando las fronteras para tantos inmigrantes que hoy llegan a prestar un tremendo servicio a nuestra ciudad, se preguntó ¿Qué sería de Calama si no hubiesen llegado estos más de 60 profesionales de la salud a prestar su servicio en el Hospital de Calama?, entonces ¿vamos a generalizar, qué todos los migrantes son malos o delincuentes?. No es así afirmó el pastor.
“Que no te importe la raza, ni el color de la piel, ama a todos como hermanos, es lo que nos pide hoy el Señor”, finalizó.
Inmediatamente concluida la Eucaristía, las representaciones de comunidades extranjeras en Calama, realizaron en el frontis del Templo Catedral una muestra culinaria y de sus principales danzas las que compartieron con los asistentes y público que aplaudió estas actividades de integración.
Fuente: Comunicaciones Calama