“Cena Solidaria para Inmigrantes” ofrecieron trabajadores del Obispado de Chillán
A la cita que se llevó a cabo en Casa Tabor, llegaron más de 40 personas provenientes de Haití, Venezuela, Ecuador y Colombia, y estuvo presidida por el obispo Carlos Pellegrin, quien recordó que “esta iniciativa se ha transformando en un tradición que refleja el esfuerzo del equipo de trabajadores del Obispado que se organiza y prepara una rica cena que en años anteriores se entregaba en la hospedería a personas en situación de calle y ahora se ha centrado con los inmigrantes. Hoy hace frío y llueve, sin embargo la participación es muy parecida a la del año pasado con un número importante de ellos que llegaron en un ambiente muy fraterno donde recordamos al Padre Hurtado quien creó el Hogar de Cristo, y esa es la idea: hacer de la Casa Tabor un hogar cálido y acogedor para recibir a los hermanos inmigrantes”, subrayó.
Julio Gords, llegó desde Venezuela hace un año al Dpto. de Administración del Obispado como Asistente de Contabilidad, y confesó sentirse “feliz y agradecido por participar en esta actividad, y comprometido porque además de ser inmigrante, yo ya me siento un chileno. Entonces por un lado, me siento atendido en este compartir, y por otra parte, también me siento con el compromiso de atender porque en algún punto al llegar a este país estuve como muchas personas que están acá”, sostuvo. Misma alegría que compartió con sus primeras palabras en español, Edy, ciudadano haitiano que hace algunos meses llegó a Ñuble. “A ustedes como chilenos les decimos gracias por la manera para recibirnos aquí en Chile. Son muy buenas las cosas que ustedes hacen”, manifestó. Igual espíritu de gratitud destacó Damián Pinto, ingeniero venezolano al señalar que “esta iniciativa de la Iglesia debe repetirse y consolidarse porque este calor humano es necesario para todas las culturas”.
La cena solidaria que se transformó en un verdadero encuentro de culturas, se enmarcó dentro del programa del Mes de la Solidaridad que la Iglesia en Chillán ha estado impulsando durante agosto, bajo el lema “Qué haría Cristo en mi lugar”, y permitió no sólo compartir un rico plato de comida, sino además momentos de buena música donde primó el diálogo cercano que llenó de alegría los corazones y rostros de quienes hoy se han visto obligados a dejar su país.
Cabe recordar que el obispo dio el vamos al Mes de la Solidaridad, visitando a personas en situación de calle que pernoctan en distintos puntos de la ciudad, como también la semana pasada, el equipo del Área Social lo hizo con los enfermos del Hospital Herminda Martín; mientras que en el marco del Día Nacional de la Solidaridad, el sábado 18 de agosto, la Iglesia celebró al sacerdote jesuita con una eucaristía en la Catedral junto a instituciones de voluntariado.
La última actividad del Mes de la Solidaridad, se desarrollará el miércoles 29, a contar de las 10.00 hrs., cuando el pastor diocesano visite a las personas que están privadas de libertad en el Centro Penitenciario de Yungay.
Fuente: Comunicaciones Chillán