A las 10:30 horas iniciaba la celebración presidida por r.p. Gonzalo Espina, Administrador Apostólico de la sede vacante de Valdivia, quien fue acompañado por el padre Fernando Proboste, Capellán de Ejército, el diácono Víctor Hugo Guerrero, y toda la asamblea presente. En su homilía el padre Gonzalo realizó una breve reflexión a partir de las lecturas que se compartieron, con el fin de
“que agradecidos, ampliemos horizontes, superemos peligros y, renovando la fe, naveguemos hacia otras orillas, es decir, nuevas metas.”
La primera parte de la intervención del Administrador Apostólico de Valdivia tuvo relación con el Agradecer,
“¿cómo no agradecer el tiempo de paz y desarrollo? Por más que estemos en deuda con mayor justicia y solidaridad”. A continuación la palabras del padre Gonzalo se refirieron a los Grandes Horizontes, horizontes divinos, señalando que
“el mar abierto nos coloca automáticamente ante amplios horizontes. La mirada se alarga, el corazón se expande, la mente conecta con el infinito, al ir hacia un horizonte que se escapa siempre más allá, que se deja contemplar pero no atrapar”, para a continuación advertirnos de tener cuidado de no encallar en cualquier costa que limite nuestros horizontes, y más bien continuar navegando con una carta de navegación constituida de valores como la generosidad, la solidaridad, el esfuerzo, etc.
Un tercer momento de la homilía fue sobre la fe, la fe que nos permite afrontar las dificultades. Sobre esto el presbítero expreso que “sin fe, el miedo nos puede paralizar y los temores se pueden cumplir, como “profecías autocumplidas”, lo que contrapuso con el hecho de que “la fe renovada en Dios y, desde Él, en los demás y en nosotros mismos, nos llena de confianza y fortaleza, para afrontar con valentía las dificultades, venciéndolas, también aunque nos cuesten un tramo de la vida pasajera”.
Finalmente, la homilía finalizo con un llamado a navegar siempre hacia nuevas aguas, a cruzar a la otra orilla.
“Agradecidos por la ruta ya recorrida, seguir soñando nuevos horizontes y, tras los necesarios descansos, poner las máquinas en marcha hacia mejores servicios a la Patria, a los litorales y sus gentes, a todo lo que desde la propia competencia se pueda aportar al bien común”, finalizó el presbítero.
Fuente: Comunicaciones Valdivia