Iglesia de Magallanes celebra las Glorias Navales con tradicional Te Deum
Iglesia de Magallanes celebra las Glorias Navales con tradicional Te Deum

Autoridades civiles y militares y más de un centenar de fieles se reunieron durante la mañana del 21 de Mayo en la Iglesia Catedral de Punta Arenas para celebrar el tradicional Te Deum de las Glorias Navales.

El Te Deum fue presidido por el Obispo de la Diócesis, Monseñor Bernardo Bastres Florence, a la celebración asistieron el Intendente de la región de Magallanes, diversas autoridades y la comunidad que rinde homenaje a los héroes del 21 de mayo de 1879.

En su homilía Monseñor Bernardo Bastres señalo: “Estamos en este tiempo conmemorando los 200 años de vida de la Armada de Chile. Este acontecimiento ha comenzado el viernes 17 de marzo de 2017 y culminará en octubre del presente año.

Fue el 26 de febrero de 1817, se presentó sorpresivamente en Valparaíso el bergantín español “Águila”, el que fue capturado por las autoridades del puerto bajo las órdenes de Bernardo O Higgins, convirtiendo de esta manera en el primer buque de guerra que tuvo la Armada de Chile.

A este, le instalaron 16 cañones, mientras que su dotación quedó formada por 43 hombres, de los cuales 25 eran extranjeros, especialmente ingleses, y 18 soldados chilenos.

Nuestros Héroes, así como nuestros Santos, nos recuerdan que siempre es posible alcanzar aquellas metas y proyectos que Dios ha suscitado en el corazón humano y que son reflejo de imagen y semejanza con su Creador.

1. Arturo Prat, modelo de creyente y profeta de esperanza

Escuchábamos, en la proclamación del evangelio, el relato de la pesca milagrosa a orillas del lago de Genesaret, y la invitación que Jesús hizo a Pedro para que se convirtiera en “pescador de hombres”. La narración de Lucas nos muestra que una persona se hace discípula de Jesús después haber escuchado sus palabras y de haber observado sus obras poderosas. Tal fue la experiencia de Don Arturo Prat, formado en la fe desde la cuna y fortalecido en ella con el talante cristiano de la Armada. Nuestra fe, como nos recuerda la Iglesia en el Documento de Aparecida, es fruto de un encuentro con el Señor. ¿Y dónde lo encontró nuestro héroe? En su familia, sin duda, en la Armada y en la misma patria que amó hasta el extremo.

2. Nuestra sociedad está sedienta de esperanza

Volvamos un momento al relato del evangelio.

San Lucas nos dice que aquellos hombres de mar, Pedro, sus hermanos y compañeros, había trabajado toda la noche “sin pescar nada”. La madrugada de aquel día en que se encontraron con Jesús, volvieron con sus redes vacías, seguramente frustrados y desanimados. Su labor no había sido fecunda.

Las redes vacías de los pescadores de Galilea pueden ser una buena “imagen” de los tiempos que vivimos: muchos han abandonado a Dios y a los valores que nacen y se nutren del evangelio; con esta actitud, han abandonado la fuente de la esperanza y del sentido, tal como pasaba con la comunidad de Éfeso antes de conocer y recibir el evangelio, cuando andaban por el mundo “sin Dios”, y por eso “sin esperanza”. (Cfr. Ef 3)

3.- El espíritu de Arturo Prat para los tiempos que vivimos

Como ya hemos señalado, nuestros Héroes, nuestros Santos y nuestros Padres de la Patria, con sus vidas y sus actos, nos enseñan cómo nosotros debemos enfrentar el hoy que nos corresponde vivir.

La concepción de vida cristiana de Don Arturo Prat y compañeros, es la misma que tenemos tantos de nosotros, y que plasmamos en nuestros ideales de servir a Dios, a la Patria y a nuestros hermanos. Hoy, muchos de los jóvenes que ingresan a las Fuerzas Armadas, que entran a un seminario o a una comunidad religiosa, que militan en un partido político, que se asocian a un sindicato, que sirven a los más necesitados desde su formación universitaria, profesional, lo hacen movidos por el mismo espíritu que impulsó la vida de Arturo Prat y de muchos otros hombres y mujeres que han contribuido a hacer de Chile una nación más grande y noble.

Nosotros los cristianos, lejos de sentarnos a llorar o condenar el tiempo que nos corresponde vivir, debemos volvemos a tomar nuestras barcas y nuestras redes, para navegar mar adentro, “aunque la contienda sea desigual”. Debemos ser los héroes del evangelio, que con ánimo y valor no trepidamos en saltar, porque “sabemos en quien hemos puesto nuestra esperanza”.

4.- Conclusión:

Si hoy volvemos a la rada de Iquique no es solamente para desempolvar la historia, sino que para leerla de nuevo, y para desentrañar su valor, su mensaje y su vigencia; volvemos a la gesta heroica de Prat y de sus hombres para encontrar en ella aquellos valores cristianos que la hicieron posible. ¿Y con qué valores y principios nos encontramos? Con un ambiente de compañerismo y solidaridad entre los hombres de mar; gran responsabilidad de cada uno de ellos frente a su deber; una vida austera, sacrificada y de mucho trabajo. Una obediencia madura y libre frente a la Autoridad; un amor grande por la Patria y su familia; un sano dominio sobre sí mismos, que le otorgaron la capacidad de postergar el dolor, la tristeza y desesperación. En resumen, hombres cristianos que hicieron de su fe una opción de servicio a la Patria y sus compatriotas.

Así también, nosotros, estamos invitados a vivir nuestra fe con un profundo sentido comunitario, de tal manera que con nuestras actitudes y nuestras opciones seamos hombres y mujeres que teniendo firme su certeza en Dios seamos para esta sociedad “profetas de esperanza”.

Prat, al igual que Moisés en el Antiguo Testamento, percibió la victoria y la tierra prometida, y en la esperanza que Dios la otorgaría a los suyos; sin mirar hacia atrás se lanzaron con vigor, fuerza y fe a la misión que el Señor les pedía: dar la vida para que otros pudieran gozar de la paz, de libertad y de la tierra de las promesas.

Prat, tal como Pedro en el evangelio, fue capaz de ver sus redes repletas de los peces que su propio esfuerzo no alcanzó a conseguir; y se abandonó en las manos de Dios confiando plenamente en su Providencia.

La vida y el testimonio de fe y esperanza del Capitán Don Arturo Prat Chacón, es una clara y elocuente llamada a cuidar el gran caudal de fe y esperanza que nuestra Patria y el mundo necesitan.

Encomendamos esta mañana a Nuestra Señora del Carmen, Estrella de Chile y Faro luminoso que alumbra los oscuros caminos del mar, a nuestra Armada, a sus hombres y a sus familias, para que siempre sientan su protección y su auxilio, y el agradecimiento sincero de sus ciudadanos por el servicio que prestan a nuestra Patria.

¡Te Deum laudamus… te alabamos, Señor!

Fuente: Comunicaciones Punta Arenas
Punta Arenas, 21 de Mayo, 2018
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