En un ambiente de devoción y gratitud se celebró esta Acción de Gracias por el Bicentenario de la Batalla de Maipú, hito histórico que permitió la consolidación de la Independencia Nacional.
En este proceso tuvo un rol fundamental la Santísima Virgen del Carmen, como escribiera el general Gerónimo Espejo, quien integró el Ejército de Los Andes: “Entre los diversos accesorios a que la atención del general (San Martín) se contraía para completar sus aprestos de campaña, no olvidó uno de los más esenciales, entre ellos… el de poner el Ejército bajo el tutelar patrocinio de la Virgen Santísima”.
Por tal motivo, al atardecer del lunes 26, nuestras Autoridades, las Instituciones de las Fuerzas Armadas y de Orden y la comunidad en general, rindieron un sincero homenaje a la Patrona de Chile y Generala de las Fuerzas Armadas y de Orden, la Santísima Virgen del Carmen, representada en la imagen que está peregrinando por las principales ciudades del país para llegar el 05 de abril al Santuario Nacional de Maipú.
Además, la Iglesia de Temuco, elevó la oración por todas las nuevas Autoridades de la región, encabezadas por el Intendente Luis Mayol, que con motivo del cambio de gobierno, inician su generosa labor de servicio en esta Araucanía.
La celebración fue presidida por monseñor Héctor Vargas Bastidas, obispo de la Diócesis San José de Temuco junto a monseñor Francisco Javier Stegmeier, obispo de la Diócesis de Villarrica.
Tras la interpretación del Himno Nacional a cargo de la Banda del Regimiento Tucapel, en su homilía, monseñor Vargas señaló: “Hemos sido convocados por el Ejército para saludar y venerar a la Madre y Reina de Chile, Nuestra Señora del Carmen, Madre y Reina de Chile y Patrona Juramentada de las FF AA y de Orden, confiados en la promesa de Jesús, que nos dio a su Madre como madre nuestra. A ella les encomendaremos los destinos de esta Región y de nuestra Patria y nuestros esfuerzos por construirla como una gran nación de hermanos, en donde cada uno de sus hijos tenga pan, trabajo y alegría”.
Recordó la reciente visita de SS Francisco a nuestro país, agregando que: “El Papa Francisco en reciente visita al Santuario de Maipú para encontrarse con miles de jóvenes, decía: “me alegra que este encuentro se realice aquí en Maipú. En esta tierra donde con un abrazo de fraternidad se fundó la historia de Chile, en este Santuario que se levanta en el cruce de los caminos del Norte y del Sur, que une la nieve y el océano, y hace que el cielo y la tierra tengan un hogar. Hogar para Chile, donde la Virgen del Carmen les espera y les recibe con el corazón abierto. Y así como acompañó el nacimiento de esta Nación y acompañó a tantos chilenos a lo largo de estos doscientos años, quiere seguir acompañando los sueños que Dios pone en vuestro corazón: sueños de libertad, sueños de alegría, sueños de un futuro mejor”.
“Imploraremos su intercesión, para obtener de su Hijo Jesucristo las gracias y bendiciones que tanto anhelamos para nuestra salvación, para tener en El vida verdadera, vida más digna y plena para todos. Es Ella, como Madre del Consuelo, quien nos urge a no olvidarnos jamás de todos quienes sufren en el cuerpo o en el alma. A causa de la falta de amor y de una familia, del abandono y de la enfermedad, del pecado y de la privación de libertad, de la miseria y la exclusión y a comprometernos como Ella lo hizo, con quienes claman justicia y solidaridad y con cuántos cada día se esfuerzan por construir un mundo según el querer de Dios”.
Al referirse a los nuevos proyectos de ley a favor de la paz social, manifestó: “ ¿No debiera privilegiarse en la agenda a los más débiles y desamparados? ¿No debieran tener mayor relevancia las mujeres agredidas, los niños y jóvenes vulnerados, los inmigrantes maltratados, las familias quebradas por estilos inhumanos de trabajo? ¿Nos declaramos acaso país libre de desigualdad, de campamentos y de pobreza? Deben ser prioritarias las persistentes demandas en la salud pública, en el sistema de pensiones, en la educación inclusiva y de calidad? La violencia, la delincuencia y las redes de narcotráfico que se instalan en nuestros barrios y ciudades, debieran importar muchísimo. La salud mental y el envejecimiento de nuestra población, debieran ser relevantes a la hora de lanzar propuestas y ordenar prioridades. Cómo hacer para que por el bien de la sociedad, se legisle para privilegiar y fortalecer la defensa de la vida, naturaleza y dignidad del ser humano, el matrimonio y la familia?”
Efectuó un llamado a las nuevas autoridades que asumen diversas funciones tanto en el Gobierno como en el Parlamento de la Nación, “ Es imperioso señalar que una auténtica democracia es el fruto de la aceptación convencida de los valores que inspiran los procedimientos democráticos: la dignidad de toda persona humana, el respeto de los derechos del hombre, la asunción del “bien común” como fin y criterio regulador de la vida política. Si no existe un consenso general sobre estos valores, se pierde el significado de la democracia y se compromete su estabilidad”.
“Quienes tienen responsabilidades políticas no deben olvidar o subestimar la dimensión moral de la representación, que consiste en el compromiso de compartir el destino del pueblo y en buscar soluciones a los problemas sociales y no el prestigio o el logro de ventajas personales. Por ello, entre las deformaciones del sistema democrático, la corrupción política es una de las más graves, porque traiciona al mismo tiempo los principios de la moral y las normas de la justicia social; compromete el correcto funcionamiento del Estado, influyendo negativamente en la relación entre gobernantes y gobernados; introduce una creciente desconfianza respecto a las instituciones públicas, causando un progresivo menosprecio de los ciudadanos por la política y sus representantes, con el consiguiente debilitamiento de las instituciones”, puntualizó el Obispo de Temuco.
Al finalizar, monseñor Héctor Vargas, enfatizó en: “La corrupción distorsiona de raíz el papel de las instituciones representativas, porque las usa como terreno de intercambio político entre peticiones clientelistas y prestaciones de los gobernantes. De este modo, las opciones políticas favorecen los objetivos limitados de quienes poseen los medios para influenciarlas e impiden la realización del bien común de todos los ciudadanos (…) Al celebrar a la Virgen del Carmen, Madre de Chile y de la Iglesia, le rogamos por nuestra Patria, para que podamos construir una tierra de hermanos, donde nos respetemos y podamos edificar una mejor convivencia familiar y social sobre los valores, virtudes e ideales heredados por los Padres de la Patria, por los hombres y mujeres que la han construido a lo largo de su historia, por todos aquellos que en ella nos transmitieron el don magnífico de la Fe”.
Fuente: Comunicaciones Temuco