Además de las representantes de la Congregación Ursulinas que durante estas dos décadas han servido a mujeres en situación de vulnerabilidad social, se sumaron al ambiente de festividad el obispo Carlos Pellegrin, y los presbíteros Fernando Varas y Raúl Manríquez, quienes fueron testigos de los distintos testimonios de vida que han experimentado estas mujeres, transformándolas a muchas de ellas en la actualidad en emprendedoras a través de sus trabajos que han aprendido en los diversos talleres que ha impartido la casa.
El acto oficial se inició con una reflexión a cargo del Padre Raúl Manríquez, quien recordó los inicios de la Casa Ursulina y su primer foco de atención hacia las adolescentes embarazadas. “Es un día de reflexión y alegría con un sentimiento de gratitud a Dios, porque de Él viene todo lo bueno para ir sirviendo a las personas para que sean apoyadas y tengan solución a muchos de sus problemas”, sostuvo, destacando que “es una tarea ejemplar porque todas las mujeres se han sentido integradas en esta misión, y por lo mismo, sienten como propia esta casa. Para la población, para la parroquia San Juan de Dios a la que pertenece y para la Diócesis, esto ha sido realmente un ejemplo de solidaridad silenciosa muy abierta y acogedora”, subrayó.
20 años de capacitación y formación cristiana
La Casa Ursulina comenzó a operar en 1997 atendiendo en ese entonces a 80 mujeres, bajo la mirada visionaria de la Hermana Elizabeth Ballard, más conocida como la Hermana “Mimí”, quien ha liderado el trabajo de apoyo a muchas de ellas, que con el correr de los años fue modificando su número, llegando en la actualidad a 230 beneficiadas.
“Son 20 años de oportunidades para ser solidarios… 20 años de estar rodeada de mujeres emprendedoras, contando con el apoyo de mi congregación religiosa, enfocadas en ayudar a las que más necesidades tienen”, comentó la Hermana Mimí, quien destacó el trabajo que se ha extendido también a otros puntos como San Clemente en la región de Maule, o en el sector de Piedra Lisa en la comuna de San Nicolás, de donde proviene Anélida Eriza, una de las emprendedoras que se sumó a la celebración de los 20 años de la Casa Ursulina. “Para mí ha sido todo, la madre me ha enseñado mucho y también sus monitoras que me abrieron puertas y ventanas para exponer mis trabajos y hacer nuevos ingresos a mi hogar en momentos muy críticos, donde ellas estuvieron conmigo como una linda familia, porque Casa Ursulina es eso”, resaltó esta madre de familia del secano costero de Ñuble.
El obispo Carlos Pellegrin al tiempo de encabezar la bendición de los distintos trabajos que se expusieron, hizo un reconocimiento especial al “trabajo de la Hermana Mimí y al equipo de las hermanas Ursulinas que en diferentes momentos, también con algunos laicos que han llegado de EEUU, han sacado adelante esta hermosa misión”, concluyó.
Fuente: Comunicaciones Chillán