En el día de Acción de Gracias por los 88 años de Coyhaique
Obispo de Aysén llamó a la ciudad a “renacer del agua y del espíritu”
“(…) Hay que renacer de nuevo, hay que ponerle una nueva dosis potente de amor, que no siempre está fecunda y abundante en nosotros. La oración no son solo palabras, la oración es pedir la presencia de Dios que nos de su Espíritu, que nos haga nacer de nuevo, como dice Jesús. Del agua, elemento vital de la madre tierra, que nos enseña cómo llevar una vida serena, de paz, una vida de comunión y no de agresividad, para pensar qué necesita el hermano, especialmente el más sufrido, el más abandonado.” enfatizó el padre obispo.
Asimismo, felicitó a todas las personas que a lo largo de la historia hicieron posible que esta ciudad capital de Aysén, sea hoy lo que es. Al mismo tiempo, destacó que el nacer nuevo de Coyhaique tiene que ser desde la madre tierra, sin violencia ni rivalidades para que el pueblo pueda vivir en comunión: “Coyhaique, en sus 88 años, ha crecido mucho en infraestructura, por eso felicitamos a quienes han hecho posible esto. Sin embargo, estamos todavía “al debe” en las cualidades del agua y del espíritu; la violencia y las rivalidades que aún hay entre personas, entre grupos, necesitan un nacer de nuevo, un nacer del alma, del espíritu, de la madre tierra que nos ayude a vivir con mayor comunión, sin agresividad frente a los demás, frente a la misma madre tierra y a Dios”.
El padre obispo invitó al pueblo de la Patagonia a crecer en sabiduría y en fortaleza en este tiempo pre-electoral, con el fin de tener una mejor convivencia entre hermanos: “que Dios nos de sabiduría, fortaleza y valentía especialmente en estos tiempos pre-electorales, sobre todo a quienes tenemos mayor responsabilidad y autoridad en la conducción de nuestro pueblo, para que así podamos tener un mayor grado de amor, de sabiduría y de valentía no sólo para agradar a Dios, sino también a nuestros hermanos”.
Al ofertorio se entregaron varias ofrendas, que caracterizan a la ciudad de Coyhaique: alimentos, como signo de solidaridad con los más necesitados, la bandera municipal de Coyhaique y la bandera Mapuche signo de identidad y valoración de nuestros pueblos y culturas, y medicamentos, signo de que tenemos que sanar heridas y enfermedades, no sólo físicas, sino también del alma. Llamó, el padre obispo, a que cada autoridad sea “medicina de Dios” para sanar el alma del pueblo.
Culminó el Te Deum, con la presencia de todas las autoridades regionales y locales, con el canto de “Madre de Aysén”, pieza musical de la “Misa de Aysén”, del artista y compositor regional Arturo Barros Medina y ejecutada, al igual que todos los cantos del Te Deum, por el coro municipal “Tierra Viva”.
Al finalizar el día aniversario de los 88 años de Coyhaique, en la solemne velada de gala, el Municipio honró a unos 10 ciudadanos destacados, entre ellos a Bernardino Ojeda y Carlos Balbontín, fundadores de FUNDA (Fundación para el Desarrollo de Aysén) creada por la iglesia en 1976, e integrantes de Cáritas Aysén, pastoral del adulto mayor y pastoral de migrantes.
Fuente: Comunicaciones Aysén