En el marco de la celebración del mes de la solidaridad, la Pastoral Social de la diócesis de Iquique, se reunirá el sábado 19 de agosto con el objetivo principal de tener una vivencia de comunión, poder compartir la experiencia del trabajo de la misión social de la Iglesia “en los distintos ámbitos que se desarrolla en Iquique, en Alto Hospicio y en la zona rural, a través de las distintas pastorales dedicadas a la acción social”, aseguró Monseñor Marco Órdenes, administrador diocesano.

Este encuentro, que se llevará a cabo en dependencias de la parroquia San Antonio de Padua, busca “poder reflexionar juntos, en torno a cuáles son los desafíos de la doctrina social de la Iglesia hoy para nuestra diócesis, por dónde debiéramos, a la luz de dicha doctrina, buscar caminos de servicio a la realidad social de nuestra provincia”, añadió Mons. Órdenes.

En la oportunidad cada una de las pastorales asistentes expondrá su quehacer. En cuanto a las expectativas para la jornada, el administrador diocesano señaló que la principal es poder reflexionar acerca de la presencia del cristiano en la vida diaria, en la vida social de esta realidad diocesana, de esta realidad del norte.

El Compromiso Social

“La fe ilumina nuestro compromiso social. El compromiso social de la Iglesia, es un compromiso que brota de la exigencia del Evangelio y no brota de una filantropía, no brota de un buen mirar al hombre sino que tenemos un muy buen mirar de hombre, buscamos el bien común, basado en el principio de la ley natural porque nosotros comprendemos que la plenitud del hombre se vive en la experiencia de Jesucristo. Esto es el corazón de la doctrina de la Iglesia”, dijo Monseñor Marco Órdenes.

Por tanto, especialmente en este mes de la solidaridad en que “recordamos, desde la fe, la figura tan comprometida de San Alberto Hurtado, la invitación es a preocuparnos por las necesidades de los otros, y no solamente preocuparnos de las necesidades de los otros sino que también ver porqué existen esas necesidades en los otros, que son los dos grandes acentos que tiene la caridad social: por una parte la caridad inmediata, el compromiso inmediato con esos pobres que no pueden esperar y por otra parte, un compromiso mucho más profundo que es la mirada al origen de la situación de la injusticia social. Y ahí también, cómo el cristianismo aporta su mirada hacia el bien común, para favorecer el bien común que implique una mejor calidad de vida para todas las personas”.

Fuente: Comunicaciones Iquique