Trabajadores del Obispado de Chillán vivieron fraternal encuentro con inmigrantes
Este año y ante la realidad de los inmigrantes en nuestro país, los funcionarios del Obispado de Chillán decidieron preparar y ofrecer una “Cena Solidaria para Inmigrantes”, la que estuvo dirigida a personas extranjeras que han llegado a la nueva Región de Ñuble en el último tiempo.
A la cita que se llevó a cabo en Casa Tabor, llegaron más de 70 personas provenientes de Haití, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Colombia y Brasil, y estuvo presidida por el obispo Carlos Pellegrin, quien manifestó que “fue un compartir en donde hay que admirar la generosidad de mucha gente que trabaja en el Obispado y que estuvo dispuesta a preparar alimentos, desde servir hasta el lavado de platos; y por otra parte, se trató de una expresión de la misión que tenemos, donde estoy convencido de que esto será cada vez más serio y más grande para nosotros, pues los inmigrantes van a seguir llegando a la Diócesis, no sólo a Chillán, sino a las otras comunas de nuestra nueva región, y tenemos que ser audaces para encontrar nuevos caminos en la atención hacia ellos y hacerles sentir en casa”, subrayó.
José Torres, colombiano radicado hace 5 años en nuestra ciudad, confesó verse “sorprendido gratamente al encontrarme con nuestra Iglesia Católica que no está perdiendo sus principios, que algunas veces me cuestioné en comparación a otras iglesias. Uno se da cuenta de las cosas cuando está lejos de su casa, pero ver la alegría del hermano haitiano, del venezolano, del ecuatoriano, es muy gratificante que por momentos apretó el corazón”, sostuvo. Misma alegría que compartió con sus primeras palabras en español, Lamarre Winchel, ciudadano haitiano que hace casi dos meses llegó a Chillán, y se mostró muy agradecido y “alegre de participar en la comida… muy buenas felicitaciones a su cocinero”.
La cena solidaria que se transformó en un verdadero encuentro de culturas, se enmarcó dentro del programa del Mes de la Solidaridad que la Iglesia en Chillán ha estado impulsando durante agosto, bajo el lema diocesano
“Nada humano me es ajeno”, y permitió no sólo compartir un rico plato de comida, sino además momentos de buena música y bailes típicos, y donde de manera especial, primó el diálogo cercano que llenó de alegría los corazones y rostros de quienes hoy se han visto obligados a dejar su país.
Cabe recordar que el obispo dio el vamos al Mes de la Solidaridad, visitando a personas en situación de calle que pernoctan en distintos puntos de la ciudad, como también la semana pasada, lo hizo con los enfermos del Hospital Herminda Martín, en el marco del Día Nacional de la Solidaridad, donde el mismo 18 de agosto, celebró una eucaristía en la Catedral junto a instituciones de voluntariado.
La última actividad del Mes de la Solidaridad, se desarrollará este viernes 25, a contar de las 12.00 hrs., cuando el pastor diocesano visite las obras de la 1ª etapa del Santuario San Alberto Hurtado, que se ubicará en el sector de “Las Moteras” en Av. O’Higgins.
Fuente: Comunicaciones Chillán