El "¡Ceatoleí!" sonó con fuerza al término de la solemne liturgia en el templo universitario. Directivos, trabajadores, funcionarios y deportistas repletaron la capilla para esta ocasión, y en el momento del ofertorio colocaron una ofrenda floral y una camiseta del club a los pies del altar, bajo el cual se encuentran los restos de monseñor Carlos Casanueva, quien fundó el club siendo rector del plantel católico.
En su homilía, el cardenal Ezzati saludó a la entidad deportiva por este aniversario y señaló que varios clubes deportivos han tenido origen en una experiencia eclesial, como el San Lorenzo, de Argentina, que nació en un campo deportivo de una parroquia y hoy es el club del Papa Francisco.
Destacó el Arzobispo de Santiago que "participar en una competición deportiva significa esfuerzo, superación y tantos valores humanos y cristianos. Es una competencia que tiene una dimensión muy hermosa, que es la de provocar gozo, alegría, distensión, capacidad de encontrarse. Y esos son valores que un club deportivo le puede ofrecer a la sociedad".
Agregó el pastor que el deporte "es una experiencia de solidaridad, de trabajar los unos por los otros. Por eso que el deporte se puede volver una gran escuela de humanidad". Al respecto, el cardenal Ricardo Ezzati recordó que cuando era seminarista, en Roma, ejerció su labor pastoral en clubes de la periferia romana, organizados por el vicariato de Roma, "como una experiencia de humanización y de vida cristiana". En esa ocasión, confesó, hizo un cuso de árbitro de fútbol, para atender con este servicio a los 17 clubes, vinculados a diversas parroquias.
José Manuel Vélez, presidente del Club Deportivo Universidad Católica, afirmó que "el club está en muy buen pie y con mucho orgullo vemos en lo que se ha transformado, ha logrado sitiales muy importantes en el deporte, tiene un desarrollo muy relevante y transmitimos los valores de esta universidad a todos nuestros deportistas formados en el club". Añadió el dirigente que "nosotros tratamos de formar no solo deportistas, sino personas que estén de acuerdo con los valores del plantel de estudios superiores"
El club, que tiene doce ramas, se maneja a través de una fundación de derecho privado, en la cual la universidad tiene una participación y el rector nombra a dos directores.
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Fuente: Comunicaciones Santiago
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