¿Cuándo nos reconocemos como adultos mayores?

¿Se aceptan a sí mismos los adultos mayores? ¿En qué momento se dan cuenta que han pasado la barrera y han ingresado a la tercera edad? Para algunos tiene que ver con lo que proyecta su imagen. Si el cabello se torna blanco y la figura no está todo lo erguida que pudo ser en otras épocas y la gente se para en el Metro para darte el asiento, es un singo inequívoco. Me veo viejo. Me consideran y me ayudan. Pero más allá de eso, aun cuando la mente y el espíritu tenga las mismas intenciones y fantasías de los veinte o los treinta, la fuerza no es la misma. Fallan las articulaciones. Hay más cansancio. En el dorso de las manos las venas se pronuncian más que antes. La piel se desgasta. Tiene una suavidad diferente. A veces también se mancha. En la cara los surcos se notan. Y si vas al cine o al teatro los valores son menores y si vas a un banco hay algunas filas diferentes. También el entorno de tu vida te lo recuerda. Y a veces lo aprovechas. Como dice la misionera belga, Anita Goossens, la tercera edad corresponde a un tiempo de agradecer. Tres millones de chilenos están en condiciones de agradecer, pero también de preocuparse, y mucho, por la forma cómo enfrentarán sus últimos años de vida. Sobre todo por sus carencias.

El adulto mayor en cifras

A los adultos mayores los vemos a cada instante. En todas partes. ¿Pero sabemos de ellos, de sus necesidades y preocupaciones¡ ¿De sus anhelos y angustias? Si deseas conocer la realidad del adulto mayor en Chile revisa en esta sección (http://www.cuaresmadefraternidad.cl/am2.php) de la página de Cuaresma de Fraternidad y te encontrarás con valiosa información en diversos campos: demografía, salud, situación económica y pensiones, trabajo y educación, recreación y participación en organizaciones, maltrato, acceso y relación con la tecnología, empleo y vivienda son temas que nos ocupan para conocer su realidad. Para analizar sus necesidades.

Cuenta corriente de solidaridad

¿Cómo se expresa la solidaridad en una campaña como Cuaresma de Fraternidad. A través del dinero, producto de una convicción durante la Cuaresma, “tiempo litúrgico poniendo nuestra mirada y nuestro corazón junto a quienes más lo necesitan orando y haciendo gestos de austeridad que nos permitan practicar la solidaridad con acciones específicas que nos lleven al encuentro con los demás”. El dinero se aporta a través de las alcancías distribuidas en las parroquias o, cómodamente a través de la Cuenta Corriente N° 187.593, del BancoEstado, correspondiente a la Conferencia Episcopal, RUT 70.004.880-2, Correo: cuaresma@episcopado.cl Esta la opción más cómoda y directa.

Fuente: Comunicaciones Cuaresma de Fraternidad