Arzobispo convoca a jóvenes a gran Asamblea Sinodal
Arzobispo convoca a jóvenes a gran Asamblea Sinodal

La atención pastoral a los jóvenes es un desafío urgente para nuestra Iglesia de Santiago. A diario se aprecia la necesidad de abordarlo “con audacia y confianza”. Así lo afirma el cardenal Ricardo Ezzati al convocar a una Asamblea Sinodal de Jóvenes Católicos de la arquidiócesis. Los invitamos a leer su mensaje de convocatoria de fines de diciembre pasado.

Hermanos y hermanas de la Iglesia de Santiago:

La gozosa celebración de la fiesta de la Natividad del Señor, nos lleva hoy a la contemplación del Hijo de Dios a todos los pueblos de la Tierra. Jesús, el Hijo de María, nacido pobre y humilde en un establo de Belén, es el Salvador del mundo, enviado por el Padre para anunciar y realizar el proyecto de Vida plena en favor de todos los hombres y mujeres del mundo. Así lo profesa nuestra fe.

En los Magos de Oriente que, siguiendo la estrella llegaron a Belén para adorarlo, reconocemos la alta vocación de cada persona humana de encontrarlo, de reconocerlo como Mesías, de adorarlo y de conformar la vida a su mensaje, siguiendo la estrella de la fe que profesamos, en comunión de vida y de misión con quienes han recibido la gracia de ser discípulos-misioneros, por la gracia del Bautismo. La Epifanía del Señor lleva también a contemplar la vocación misionera de quienes somos seguidores de Jesús, para que él sea conocido, amado, seguido, celebrado y testimoniado.

Una página del Evangelio según san Juan ha resonado con fuerza en los oídos del corazón en estos días de Navidad. La recordamos y la llevamos al corazón, como motivación de la experiencia eclesial que les propongo: celebrar una Asamblea Sinodal de Jóvenes Católicos de la Arquidiócesis. “Estaba Juan con dos de sus discípulas. Viendo pasar a Jesús, dice: Ahí está el Cordero de Dios. Los discípulos al oírlo hablar así siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les dice: ¿Qué buscan? Respondieron: Rabbí -que significa maestro-, ¿dónde vives? Les dice: Vengan y vean. Fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día. Eran las cuatro de la tarde.

Uno de los dos que habían oído a Juan y habían seguido a Jesús era Andrés, hermano de Simón Pedro. Andrés encuentra primero a su hermano Simón y le dice: Hemos encontrado al Mesías, que traducido significa Cristo. Y lo condujo a Jesús. Al día siguiente, Jesús decidió partir para Galilea, encuentra a Felipe y le dice: Sígueme... Felipe encuentra a Natanael y le dice: Hemos encontrado al que describe Moisés en la Ley y los profetas, Jesús, hijo de José, el de Nazaret... “Ven y verás”. (Cfr. Jn 1, 35 ss). La meditación de este texto, su invitación misionera y la metodología que sugiere, están en la base de lo que el Espíritu inspira realizar este año de gracia de 2017 para vitalizar la pastoral de los jóvenes de nuestra arquidiócesis. Sin dudas, el protagonista del sínodo será el mismo Señor Jesús y la fascinación que él ejerce en la vida de los jóvenes, pero también serán protagonistas quienes, a imagen de Juan el Bautista, tienen la misión de señalar la presencia del Cordero de Dios en la vida de los jóvenes y, de manera muy especial, los mismos jóvenes que, continuando la tarea de Andrés y Felipe, emprenderán la hermosa aventura de conducir a Jesús a sus compañeros y amigos con quienes comparten grandes ideales, luchas y derrotas en la búsqueda del advenimiento de la civilización del amor, de la solidaridad y de la paz.

1. Con esta carta convoco a celebrar una Asamblea sinodal de jóvenes, para profundizar el tema propuesto por el Santo Padre Francisco para el Sínodo de los Obispos de 2018: “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”, con la finalidad de optimizar y vitalizar la Pastoral de Jóvenes de nuestra Iglesia diocesana, suscitando en ella la participación activa y responsable de los mismos jóvenes, en comunión con la Pastoral Orgánica de toda la Iglesia particular de Santiago.

2. Al mismo tiempo, confío la misión de organizar la asamblea sinodal de jóvenes a un Equipo Central conformado por los siguientes hermanos: monseñor Pedro Ossandón, Obispo Auxiliar de Santiago, quien lo preside, junto a los presbíteros Héctor Gallardo, vicario Pastoral; Francisco Llanca, vicario episcopal para la Esperanza Joven; Cristián Roncagliolo, responsable de la pastoral de la PUC; Álvaro Chiordi, asesor pastoral de Educación Superior de la Vicaría de la Educación; Claudio Cartes, sdb, delegado provincial de pastoral Juvenil; Rodrigo Cordero, responsable de pastoral Vocacional, y el señor Gerardo Boetsch, de la Pastoral DUOC-UC. Actuará como secretario del equipo el señor Juan Carlos Astudillo, secretario ejecutivo de la VEJ. El Equipo Central convocará también a un(a) joven de cada vicaría zonal y cuatro jóvenes representantes de diversos movimientos juveniles presentes en la arquidiócesis.

3. A partir del tema “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”, la Asamblea Sinodal está llamada a profundizar pastoralmente los tres subtemas: jóvenes; educación de la fe; discernimiento vocacional, ofreciendo a quienes serán convocados a participar en ella itinerarios de reflexión y pistas de aterrizajes pastorales. Le podrá servir de ayuda el documento “Lineamenta”, que próximamente ofrecerá la secretaría general del Sínodo de los Obispos sobre el tema. Además, deberán definir las modalidades prácticas de participación, los tiempos de reflexión local y diocesana y la celebración de la asamblea sinodal. El proceso debería comenzar en Pascua 2017 y concluir en Pentecostés 2018.

4. Será también misión del Equipo Central preparar el austero presupuesto de gastos que pide la realización de este acontecimiento eclesial. Hermanos y hermanas: la pastoral de jóvenes constituye un desafío urgente para nuestra Iglesia de Santiago. En cada comunidad y en la ciudad entera constatamos a diario las dimensiones de este desafío. Queremos enfrentarlo con audacia y confianza. Confiamos en la gracia del Señor, que sabe conquistar el corazón de tantos jóvenes; confiemos también en los mismos jóvenes, capaces de responder al llamado de grandes ideales, en especial el llamado de Jesús a ser sus discípulos misioneros y confiemos, con humilde audacia, también en nosotros mismos y en los colaboradores a quienes el Señor entregó la misión apasionante de ser pastores: signos y portadores de su amor y cercanía. Nuestra Señora, la Virgen del Carmen, acompañe nuestro trabajo y nos regale el privilegio de “mostrar el fruto bendito de su vientre, Jesús”, a los jóvenes de nuestra ciudad de Santiago. Con afecto fraterno, los saluda en el Señor y en su nombre los bendice su padre y obispo.

Ricardo Card. Ezzati A., sdb
Arzobispo de Santiago

Fuente: Periódico Encuentro
www.periodicoencuentro.cl
Santiago, 02 de Marzo, 2017
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