Una vez que uno sigue a Jesús, automáticamente hay que salir a la calle, a la periferia como nos dice el Papa. No hay otra opción. La misión es la vida misma, no es un tiempo. Y Anita es eso. Nos interpela a entregar la vida con generosidad y alegría. Es siempre un ¿y qué haces tú? (Donata Cairo, Congregación Hermanas de Jesús).
Tomó la decisión de Jesús hace ya muchos años, cuando creció en el marco de una numerosa familia católica. Ella, Anna Johanna Goossens Roell, con los años se transformaría en “Anita de Jesús de La Legua”, reflejando dos de sus pasiones de vida. Porque vivir en La Legua por más de treinta años la ha identificado profundamente y también marcado su vida. Así como para mucha gente, ese barrio de la Comuna de San Joaquín se asocia a drogadicción, narcotráfico y violencia, que las hay, para Anita es sinónimo de solidaridad. Por eso considera que debería llamarse “La Legua Solidaria”.
Madre e hijo: Yolita y Janito
Hace ya muchos años, en la década del noventa, una madre le dijo con claridad al cura de la parroquia San Cayetano, en ese entonces Mariano Puga, que la iglesia discriminaba. Así lo sentía porque su hijo con Síndrome de Down no podría hacer la primera comunión. Seguro que quiso decir algo más. Que la sociedad en su conjunto no ponía atención en los niños con discapacidad. Que no había o no hay una institucionalidad para atenderlos. Para acogerlos y hacer de ellos personas felices, con especialistas que compartan su realidad y les ayuden a integrarse en diversos grados a la normalidad de la vida. Podríamos pensar que fue mucho más que una crítica a la iglesia, aun cuando importante, porque ella hubiese esperado de sus pastores una dedicación especial. El tema impactó, sobre todo por el desenlace. Ambos morirían calcinados. El niño en la vivienda incendiada y ella tratando de salvarlo. O me muero con él o lo saco, diría su madre. Me lo contó Anna Johanna Goossens Roell, ya convertida en Anita, un día de noviembre de 2016, en su casa. Ese episodio le daría una fuerza muy especial y la abocaría a una de las pasiones de su vida, la acogida y atención a los niños con discapacidad, física y mental.
Fuente: Comunicaciones Cuaresma de Fraternidad