En la oportunidad
el vicerrector del Santuario Nacional de Maipú, padre Rodrigo Gajardo, animó a los asistentes al histórico templo donde durante todo el fin de semana se realizó acopió de agua y artículos de aseo, sumándose así a la Campaña de Caritas Chile y la Vicaría Pastoral Social Caritas del Arzobispado de Santiago, ante la emergencia que afecta al país.
El sacerdote señaló: “Como Santuario Nacional queremos ayudar a toda la nación, especialmente a nuestros hermanos que están sufriendo las consecuencias de estos incendios. Por eso este fin de semana estamos en oración por ellos, principalmente por mediación de la Reina de Chile, para que nos proteja con su manto e interceda para que se apaguen estos incendios, que tanto daño nos han hecho”. El presbítero agregó que ha habido mucha inquietud en la gente por ver cómo ayudar, y también por participar en una corriente de oración.
En su homilía relacionó los últimos hechos trágicos con el Evangelio de este domingo, sobre las bienaventuranzas: “Si hay algún discurso que ha marcado la historia de la humanidad son las Bienaventuranzas, que acabamos de escuchar y que superan todo otro discurso humano, porque fue dicho por Dios y fue un mensaje de esperanza en el cual Jesús habla al pueblo que sufre, que tiene hambre, que espera, que no tiene justicia; a los pobres entre los pobres, que sean felices, que no van a ser defraudados por Dios”.
En estos días, dijo, Jesús nos habla de que Chile es bienaventurado. Al ver reducidas las casas a cenizas en cuestión de minutos genera mucha angustia, mucho dolor y lo compartimos con nuestros hermanos. “En esa situación límite de angustia, de desesperanza, de no saber qué voy a hacer, dónde voy a vivir, surge el advenimiento, los bienaventurados que sienten en el corazón la motivación de ayudar. Esto es obra de Dios y demuestra que Dios, de todo mal, puede sacar un bien”.
Andrés Antil Cancino, de la parroquia San Diego del Alcalá, de Conchalí, concurrió en representación de su comunidad para llevar un aporte material en favor de quienes han perdido todo: “Lo que nos motivó fue el ver tanto sufrimiento, tantos problemas; la iniciativa partió de los jóvenes el jueves, y el sábado estábamos haciendo puerta a puerta recolectando cosas: agua, alimentos no perecibles y útiles de aseo. Llenamos dos autos completos y un furgón escolar. Un tercio de lo recolectado se fue directamente a Curepto y otro a este centro de acopio”.
Por su parte,
Patricia Fuentes, de la parroquia Santa María de la Esperanza, de Maipú dijo: “Me duele en el alma todo lo que está ocurriendo. Todo lo que uno pueda ayudar es poco. Aparte de la ayuda material que podamos hacer es muy importante la oración, es fundamental ante lo que está ocurriendo”.
Fuente: Comunicaciones Santiago
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