Con un fuerte llamado en palabra y signo a la
acogida de los migrantes en nuestro país, se desarrolló la Solemnidad del Nacimiento del Niño Jesús. La celebración fue encabezada por el Arzobispo, René Rebolledo, en compañía del P. Erwin Hernández y el P. Francisco Martín, de nacionalidad argentina, además de los diáconos permanentes Alex Robles y Marco Araya. Monseñor en su homilía llamó a acoger a quienes vienen de otras latitudes como hermanos en la fe, para que se sientan integrados y parte de nuestra sociedad.
La celebración se inició a las 20 horas con la procesión en la cual se destacó, después de la Cruz de Señor, signo por excelencia de nuestra redención,
la Luz, significada en 10 cirios, que portaron hermanos migrantes. El evangeliario, en manos del diácono del cual se anunció el gran mensaje de la Noche buena: Hoy, en la ciudad de David, ha nacido el Salvador, que es el Mesías, el Señor. El Niño del pesebre, portado en alto y acompañado por arreglos florales como signo de ofrenda al recién nacido.
En la ocasión, Claudio Ibáñez, intendente de la región de Coquimbo, expresó su parecer sobre esta noche y la homilía del Arzobispo. “La iglesia ha dado una
señal clara de inclusión. No se es migrante porque se quiere, si no por diversas necesidades, y es por ello que no debemos estigmatizarlos”. En el mismo sentido, Rolando Casanueva, general jefe de la Cuarta Zona de Carabineros de Chile, compartió este espíritu de unidad. “ Es la
esperanza de poder juntarnos a quienes dejan su país de origen y hacen de Chile su nueva tierra. Debemos cobijarlos con amor y unidad”.
En la homilía, el Pastor Arquidiocesano, relevó “acabamos de oír un texto maravilloso del profeta Isaías. En sus palabras nos hace revivir la esperanza y el gozo: “el pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz; sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una luz”. La Gran Luz procede del pesebre, es el Niño de Belén, el Hijo de Dios que por amor a nosotros se hizo hombre. Cada año, navidad nos
convoca a este acontecimiento de luz. El fulgor del pesebre se proyecta e ilumina al hombre abriendo para todos a un camino de esperanza”.
Más adelante, destacó: “Acojamos con sentimiento de gratitud y gozo profundo al
Salvador del mundo. ¡Él nos ofrece la salvación! Gocemos del amo, la paz y todos los bienes que significa su Presencia entre nosotros”.
Mons. Rebolledo finalizó haciendo un llamado a manifestar
cercanía, acogida y solidaridad con cuantos están sufriendo: “el Señor ha venido para ofrecer su salvación a todos, especialmente para los pobres y sufrientes…son sus hijos predilectos, los pobres, los más carenciados, los sin techo, los sin trabajo, los que están sufriendo en centros hospitalarios e igualmente de reclusión…el Señor los acoge, demos también nosotros un paso de acogida. Muy especialmente solicito a todos los católicos de las provincias del Elqui y Limarí que acojamos a los migrantes, como verdaderos hermanos, compañeros de camino hacia la patria definitiva. Manifestémosles gratitud por su venida hasta nosotros, por los dones con que nos enriquecen, por el aporte que significa su presencia en nuestro medio. Hoy rogamos por ellos, para que la nostalgia del alejamiento de la propia patria y de sus seres queridos sea más llevadera. Que Dios los bendiga y cuento hagamos para integrarlos a nuestras comunidades y compartir con ellos una misma fe y esperanza, sean acciones bendecidas por el Niño de Belén”, concluyó.
Fuente: Comunicaciones La Serena