Celebran a la Virgen de Puente Alto con Primera Comunión
Celebran a la Virgen de Puente Alto con Primera Comunión

La celebración de la Capilla Inmaculada Concepción de Puente Alto, comenzó con una peregrinación por las calles aledañas a la unidad pastoral, ubicada al extremo sur del sector.

Por Víctor Villa C.


La misa, del 8 de diciembre, fue concelebrada por el cardenal Ezzati, junto con el párroco padre Jorge Escobedo, el Vicario de la Zona del Maipo, padre Miguel Hoban; y los cuatro diáconos de la parroquia: Luis Romero, Jaime Castro, Oscar Quiñonez y Enzo Sanhueza.

En la oportunidad el cardenal instó a la comunidad puentealtina y especialmente a la veintena de jóvenes que por primera vez recibieron el cuerpo y la sangre de Cristo a no olvidar a Dios, señalando “Si Chile se olvida que Dios es su padre, nunca va a encontrar la fraternidad”.

La multitud que se reunió masivamente en la misa de campaña, en el patio al costado del templo de madera donde habitualmente celebran sus liturgias y encuentros, recibió las siguientes palabras de parte del pastor: “Cuando me invitaron a participar de esta celebración, inmediatamente dije que sí. Me interesa enormemente encontrarme con esta comunidad cristiana que de manera muy particular en el día de hoy venera junto con toda la Iglesia a quien es la madre del Hijo de Dios, nuestra madre la Virgen María, que acompaña constantemente nuestra vida en todos los momentos, en los de alegría y de pena”.

Refiriéndose a la primera lectura, el obispo conectó la historia pasada con el presente: “La tentación que sufrió Adán y Eva, es la tentación que también nosotros sufrimos. Muchas veces nos creemos más que Dios, nos ponemos en lugar de Dios y juzgamos como si fuéramos omnipotentes, sabios y superiores a todos los demás. Pobre humanidad que también en el día de hoy sufrimos la tentación de vivir sin Dios. Tantos y tantas viven como si Dios no existiera. Hasta nosotros que somos creyentes a veces vivimos como si Dios no existiera, como que no nos dirigiera su palabra, ni manifestara su amor, ni nos invitara a ser sus hijos y a ser una gran familia”.

Por ello el cardenal reflexionó acerca de los sucesos que afectan a la sociedad: “A nivel mundial, miremos cuántas guerras, cuántas personas que sufren y no saben cuál es el destino de su existencia. Cuánta gente muere en el mar buscando un lugar dónde vivir en Europa o en Asia Menor. Miremos hacia nuestra América Latina, lo que está pasando en el país hermano de Venezuela. Cuánto rencor y división. Miremos lo que está pasando en Colombia que está buscando un camino de paz. Pero que difícil buscar un camino de paz si no nos consideramos hermanos unos de otros. Y no vayamos tan lejos, miremos nuestra patria. Cuántas tensiones y divisiones. Cuántos hermanos nuestros viven todavía en la pobreza en la miseria, mientras otros hermanos viven en la abundancia. Cuánta necesidad de justicia, de fraternidad necesitamos. Estamos desnudos de nuestra pobreza, porque hemos perdido la riqueza más grande de nuestro pueblo. Si Chile se olvida que Dios es su padre, nunca va a encontrar la fraternidad y la unión de los hermanos. Si nos olvidamos que tenemos un padre común, cómo podemos descubrir en el hermano que sufre, en el hermano caído, el que está en la cárcel, en el que está marginado a un hermano al cual el Señor nos invita a amar”.

Por eso el arzobispo envío finalmente un mensaje esperanzador: “Hoy día ustedes están aquí convocados por la Virgen María y ella les quiere decir: ‘Queridos hijos no se olviden nunca que Dios es padre, no se olviden nunca de escucharlo, de seguir por su camino, porque solamente así podrán encontrar la felicidad, la fraternidad, la solidaridad que necesitamos’” a lo que el pastor agregó: “No se dejen amilanar. Vivan la libertad y el gozo de los hijos de Dios, porque ustedes han sido incorporados a Jesucristo el Señor y han sido salvados. Que alegría más grande en nuestro corazón. Somos pecadores humildes, pero somos salvados por la bondad de Dios”.

Al finalizar la ceremonia, Fabiola Vergara y Juan Carlos Muñoz, coordinadores de la comunidad, le entregaron obsequios al obispo y al vicario zonal, momento en que manifestaron su emoción que el cardenal hubiera cumplido su promesa de acompañar este momento: “Es una alegría que hoy nuestros niños hayan recibido por primera vez el cuerpo de Cristo, y que mejor, un honor que usted lo haya hecho”, señalaron.

Martina Goitia, quien fue una de los 87 jóvenes que recibieron por primera vez la eucaristía durante la Semana de la Inmaculada Concepción que concluyó con la visita del Arzobispo, señaló: “Esto significa mucho para mí, hacer la primera comunión me emocionó mucho y hoy porque además pudo estar el cardenal”. En la oportunidad la mamá de Martina, Ximena Gómez, que la acompañó en el proceso de la Catequesis familiar, expresó: “Es un mar de bendiciones. Ha sido muy emocionante. Se nota la preocupación de la capilla, ahora que esté presente el arzobispo aquí nos hace muy feliz. Hubo un ambiente muy familiar, fue muy acogedor con todos nosotros y estoy muy contenta”.

Fuente: Comunicaciones Santiago
www.iglesiadesantiago.cl
Santiago, 09 de Diciembre, 2016
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