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Orlando Leyton, kinesiólogo y egresado de la Ciudad del Niño, señaló compartió plenamente la iniciativa. “Creo que es una cosa que tenemos que hacer todos en la vida, especialmente quienes egresamos de la Ciudad del Niño. Cuando me siento a la mesa junto a otros egresados que están compartiendo con su señora, hablando de los niños como han crecido y se han desarrollado es extraordinario, porque aquí hay mucha gente que quizá no está relacionada con la Ciudad del Niño desde el punto de vista de nosotros como egresados pero están relacionados desde el corazón”.

Asistieron también miembros del directorio de la Fundación, como José Antonio González, quien se mostró contento, de la actividad, precisando que “es una gran actividad donde participa la gente de la Fundación, la comunidad entera, y es oportunidad en que damos a conocer la Fundación, que genera un gran aporte a la sociedad. Hoy, ayudar a los niños, es fantástico y a nosotros como personas nos da la oportunidad de hacer este trabajo que nos llena de orgullo porque ayudar a los niños no tiene precio”.

Además de la degustación de un rico plato de pastas, los participantes disfrutaron de buena música, un show de magia y del sorteo de algunos premios de los auspiciadores de la velada. La actividad contó también con la presencia de monseñor Fernando Chomali, quien junto con resaltar la labor de la institución, afirmó que “las palabras de Juan Pablo II, en el sentido que el hombre es el camino que tiene que recorrer la Iglesia, creo que se viven en la Ciudad del Niño y en todas las instituciones donde promovemos la dignidad de la persona humana. Y el Papa Francisco ha sido reiterativo en este ámbito. Tenemos que preocuparnos de las personas concretas, reales, y de manera concreta, la Ciudad del Niño se preocupa de muchos niños que están en una situación compleja en la vida y nosotros les tendemos una mano no solamente eficiente si no sobre todo con mucho amor que es lo que transforma a las personas”.

El representante legal de la Fundación, padre José Cartes Gómez, agradeció a quienes fueron parte de este espacio de solidaridad. “Ha habido una muy buena respuesta, creo que esto se va consolidando cada vez más porque es un encuentro muy fraterno en el cual el objetivo común es animarnos para ayudar a los más necesitados especialmente a los niños que requieren cariño. Creo que esto es también despertar la solidaridad de todos ante las situaciones que viven los niños en distintos lugares, y por eso la Iglesia a través de la Ciudad del Niño abre un espacio muy importante de solidaridad”.

La Tallarinata anual de la Fundación Ciudad del Niño resultó un éxito, y se realizó gracias al aporte de numerosos auspiciadores e instituciones, por ejemplo los alumnos y alumnas del Colegio de los Sagrados Corazones, quienes fueron los encargados de servir la comida. Fue un grato momento para compartir y al mismo tiempo ser parte de esta gran obra social de la Iglesia de Concepción.

Fuente: Comunicaciones Concepción

 Fundación Ciudad del Niño De Concepción