Con una eucaristía presidida por monseñor Ignacio Ducasse, Obispo de Valdivia, el decanato San Antonio Abad, en conjunto con la Pastoral Social Caritas Valdivia y el Hogar de Cristo, celebraron el pasado jueves 18 de agosto el día de la solidaridad y la pascua de san Alberto Hurtado.
Participaron presbíteros y diáconos, quienes junto al decano, padre Mauricio Meza, y a la comunidad presente, acompañaron a monseñor Ignacio Ducasse durante la ceremonia. Integrantes de los diversos equipos sociales que trabajan en el decanato San Antonio Abad se hicieron participes de la eucaristía, además ser invitadas especialmente para esta ocasión voluntarias y voluntarios de diversas organizaciones que realizan un trabajo de amor y entrega al prójimo, en otras instituciones como el Hospital Regional de Valdivia.
En la celebración don Ignacio Ducasse insto a hacer de las obras de misericordia una acción concreta y no dejarlas en tan solo en una dimensión conceptual o teórica, sino apelando al involucramiento con el prójimo, en el encuentro, a las pequeñas obras de caridad cotidiana que podemos realizar. En el contexto de lo que el Papa señala como la sociedad de la indiferencia, el vivir la solidaridad y la misericordia, se hacen ejes constitutivos del cristiano, que día a día debe trabajar por hacer que el corazón de piedra de este mundo, se vuelva uno de carne.
En la ocasión se recolectaron alimentos no perecibles los cuales serán entregados a quienes más lo necesiten de los integrantes del sector que atiende la Parroquia Preciosa Sangre. Importante señalar al respecto que esta eucaristía se celebra año a año en una parroquia diferente del decanato, esto con el objetivo de involucrar y de conocer la realidad de cada comunidad que integra que lo integra.
Con cariño y mucho amor
Una organización a prueba de fallas por parte de los organizadores, y una acogida cargada de detalles significativos por parte de la comunidad de la Parroquia Preciosa Sangre. Desde la ornamentación y decoración del templo, hasta la entrega de recuerdos, finalizando con un compartir fraterno. Un verdadero gesto de acogida de quien abre las puertas de su casa y recibe a sus hermanos con cariño, mostrando y entregando lo mejor de sí, sin esperar nada a cambio.
Fuente: Comunicaciones Valdivia