Fue esta realidad, la que una vez más por algunas horas, palpó la noche de este martes el obispo Carlos Pellegrin, quien junto al equipo del área social del Obispado, y personal del voluntariado del Hogar de Cristo, recorrieron distintos rincones de Chillán, entre ellos la Plaza San Francisco, Av. Brasil y el Mercado, a fin de acompañar dando un mensaje de fe y esperanza, a las personas en situación de calle que pernoctan allí, iniciando de esta manera el Mes de la Solidaridad.
El obispo destacó que para la Iglesia “lo importante aquí es el signo. Ojalá pudiéramos vivir de manera más permanente este tipo de acciones solidarias en nuestras vidas, manteniéndola cada uno de nosotros de forma personal”, señaló el pastor diocesano quien con inquietud, se refirió a la situación de 5 personas que bajo esta condición, ya han perdido la vida en Chillán en lo que va de este año, haciendo una invitación a “sentir esta realidad en el corazón, a convertirnos en personas más sensibles, y preguntarnos qué podemos hacer nosotros, asumiendo alguna iniciativa concreta en familia. No hay que tenerles miedo, pues no son personas peligrosas, son personas que necesitan mucho cariño y amor”, subrayó.
Siguiendo y promoviendo el ejemplo de San Alberto Hurtado, el obispo Pellegrin invitó a los miembros de la Iglesia y a toda la comunidad en general a vivir una experiencia de este tipo, reiterando su llamado a vivir este mes “como una actitud de vida permanente durante todo el año”.
La próxima actividad del obispo se desarrollará este viernes 12 de agosto, a contar de las 12.00 hrs en Hospital Herminda Martín, cuando sostenga un encuentro con los enfermos, en el marco del Mes de la Solidaridad, cuyo lema este 2016 es
“En el Año de la Misericordia: Una nación, más que la tierra, es una misión que cumplir”.
Fuente: Comunicaciones Chillán