En la celebración participaron un gran número de laicos representantes de diferentes parroquias, grupos de voluntariados, cuerpo de bomberos, de colegios, de Pastoral Penitenciaria, además de agentes pastorales; los que repletaron esta capilla del ex convento Carmelita. Acompañados por Mons. Cristián Contreras Molina, OdeM. y los sacerdotes Alberto Requenez, Decano de Los Andes y Párroco de Santo Cristo de la Salud y Andrés Rodríguez de la Parroquia San José Obrero de Rinconada.
En su homilía el Pastor Diocesano, destacó la importancia de la solidaridad como un pilar en la sociedad, expresando que “
una sociedad que no es solidaria, caritativa y generosa se deshumaniza, es por ello que la solidaridad no solo debe practicarse durante este mes de agosto, sino que por el contrario, durante todo el año debemos ir al encuentro de los sufren, de ir a donde están los hermanos que más necesitan del encuentro fraternal y de una palabra de consuelo que los aliente y fortalezca”.
Más adelante Mons. Contreras, se refirió a la importancia de la persona de
San Alberto Hurtado, ejemplo de servicio hacia los más necesitados y quien con su testimonio de solidaridad y caridad nos invita cada día para acércanos a Jesucristo en medio de los hermanos que más sufren.
Posteriormente, y para finalizar, el Padre Obispo realizó la bendición de las manos de todos los presentes, para que fructifiquen en su servicio hacia los más necesitados y para que toda labor que ellas emprendan lo realicen como si fuera para el Señor; que estas manos sean para dar consuelo en el hogar y en cada comunidad, para construir con ellas el Reino de Dios en la tierra.
Fuente: Comunicaciones de San Felipe