Cardenal Ezzati: No podemos ser cristianos si no ponemos la vida al servicio de los demás
En su homilía, el
cardenal centró su mensaje en la enseñanza que Jesús nos deja en el Evangelio:
“La primera enseñanza es que la vida cristiana, vivida en el clima y en la atmósfera de la palabra de Dios, es una vida que está llamada a ser de comunión, fraternidad, servicio y de compartir. No podemos ser cristianos auténticos sino lo vivimos en la práctica de la vida diaria, en la vida social, en el país, la ciudad, la comunidad cristiana, sino vivimos con la actitud de tener los ojos abiertos, de que el corazón se nos conmueva y poner nuestra vida también al servicio de los demás en la solidaridad y más aún en la caridad”.
Recordó también su experiencia como autoridad en el sur del país y su vivencia dentro de la comunidad:
“A mí me tocó ser Obispo de Valdivia, muchas veces peregrinando a los lugares más lejanos de la Cordillera, donde había un pequeño grupo de gente que vivía allí, en una capilla que no tenía más de 17 metros cuadrados. Comenzaba siendo el lugar donde la comunidad cristiana celebraba la cena del Señor, la liturgia, y terminada la liturgia esa sala se convertía en una cocina y después en el lugar donde ese grupo de personas compartían lo poco que podían poner en común. Y cuánta alegría, cuánta comunión brota cuando en nuestra vida compartimos con los demás lo poco que tenemos, pero haciéndolo desde los más profundo de nuestro corazón”.
En sus palabras, además, invitó a los fieles a recordar el tiempo que vivimos:
“Nos estamos acercando al mes de la solidaridad, qué importante que podamos vivir esa actitud con un verdadero sentido, porque si no es así, continuaremos entre tanta pobreza y miseria”.
Antes de finalizar la prédica, les contó un testimonio que escuchó en una iniciativa de la Pontificia Universidad Católica que hace presente el sentido cristiano de la inclusión en el ámbito social:
“Un testigo de lo que ha sido por mucho tiempo el Hogar de Cristo dijo públicamente, <> y él dijo que no, que ni un segundo, tercero o cuarto va solucionar el problema grave de la desigualdad social y el abandono en nuestra sociedad. Lo que se necesita es cambiar la mentalidad de todos nosotros, para reconocer a aquel que se acerca no como enemigo, sino a un hermano al cual estamos llamados a atenderle la mano de la justicia, de la solidaridad y la mano de la fraternidad”.
En el momento de las ofrendas, la comunidad le presentó al
cardenal: escapularios para que en este año de la Misericordia reciban la bendición de la Virgen del Carmen; la imagen de Cristo, rostro de la Misericordia del Padre; una frazada confeccionada por personas de la comunidad, la que representa el trabajo de muchas manos unidas en favor de las personas necesitadas, imagen de Cristo sufriente; y el Pan y Vino, fruto de la tierra y esfuerzo de los hombres que Cristo los convierte en cuerpo y sangre.
Terminada la celebración de la Eucaristía, la comunidad cantó el cumpleaños feliz, frente al aniversario número 354 años de parroquia.
Una vez finalizada la celebración, el
Arzobispo de Santiago compartió con los feligreses con un consomé.
Fuente: Comunicaciones Santiago