El testimonio de un Obispo entrenador y de otro pastor desde el anecdotario del hincha, palabras de los Papas acerca de fútbol, reflexiones de sacerdotes, profesores, orientadores y periodistas, son algunos de los contenidos que ofrece el
Especial de Iglesia.cl, portal web de la Conferencia Episcopal de Chile, titulado "A Cristo por el fútbol".
Con el propósito de discernir en el Campeonato Mundial de Fútbol 2006 valores evangélicos y apoyar con recursos a parroquias, comunidades y colegios, el
Especial también incluye la Oración del Mundial y una Ficha para dedicar un encuentro grupal a la reflexión de este tema.
A Cristo por el fútbol
Cada cuatro años, unas pocas semanas de fútbol se apoderan del contenido global. Es el Campeonato Mundial, la Copa del Mundo. Con febriles muestras de entusiasmo, los ojos del mundo deportivo se dirigen este año a Alemania, y en torno de esta Copa se mueven siderales cifras de dinero en un ir y venir de millones que ofende a los pobres, pero no a tal punto de impedirles seguir el juego por la televisión.
Los países con mejor fútbol están en el Mundial. Chile no accedió a ese elenco de notables, pero las personas y las familias que vivimos en Chile no estamos ajenos al torneo. Los medios de comunicación derraman fútbol por doquier y el Campeonato se hace sentir en la familia, en los colegios, en la vía pública. Desde aquella fanática conducta que revoluciona toda rutina hasta la mínima disposición a enterarse de los resultados.
Para los católicos, el fútbol bien puede ser una manera de encontrarnos con el Señor, de seguirlo y de caminar hacia la santidad. En el juego reconocemos valores nobles como el trabajo en equipo, el juego limpio, la solidaridad, la unidad y el compañerismo. Pero también descubrimos amenazas: una desmedida exaltación de ídolos, la rivalidad, la mercantilización del deporte, la violencia.
Semanalmente, millones de personas van a Misa por la mañana y al estadio por la tarde. Juan Pablo II definía al fútbol como “una forma de juego, simple y complejo a la vez, en el que la gente siente alegría por las extraordinarias posibilidades físicas, sociales y espirituales de la vida humana”. El Cardenal Joseph Ratzinger, hoy Benedicto XVI ha dicho: “la fascinación por el fútbol consiste, esencialmente, en que sabe unir de forma convincente estos dos sentidos: ayuda al hombre a autodisciplinarse y le enseña a colaborar con los demás dentro de un equipo, mostrándole como puede enfrentarse con los otros de una forma noble”.
El Campeonato Mundial de Fútbol de Alemania 2006 también es un desafío para nuestra pastoral: el fútbol atrae a muchos sacerdotes, religiosos, asesores, animadores, monitores de nuestras comunidades parroquiales y educativas. ¿Hay que separar al fútbol de Dios, poniendo el partido como alternativa a la Misa o la jornada? ¿O más bien estamos ante una preciosa oportunidad evangelizadora, de descubrir y estimular valores en el fútbol y en sus hinchas? Hablemos de Dios en el estadio, hablemos de los valores del fútbol en el hogar y también en nuestras reuniones de comunidades.
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Fuente: Prensa CECh