Este es el cuarto ataque que sufren las comunidades de nuestra diócesis y por segunda vez afecta a capillas de las parroquias San Antonio de Padre Las Casas y San Francisco de Asís de Vilcún. Los párrocos P. Francisco Peralta y P.José Flaminio Quilaqueo se trasladaron al lugar para acompañar a sus comunidades y ver los efectos del incendio.
Actos como este dañan considerablemente a los fieles por la pérdida física de los templos, pero no merman su fe, así lo señalan desde Vilcún. La tragedia vivida ha permitido mayor fortaleza, fraternidad y unión como Iglesia viva. “Nos han quemado la capilla, pero la Iglesia somos nosotros y nunca quemarán nuestra fe ni la fuerza para volver a levantarla”, indicó una feligresa presente en el lugar.
Mons. Francisco Javier Stegmeier, obispo de Villarrica, se refirió a estos últimos acontecimientos. “Lo primero es manifestar nuestra solidaridad con las comunidades afectadas, son comunidades mapuches de escasos recursos que con mucho esfuerzo han levantado su capilla y que ven en cosa de minutos que el trabajo de tantos años y el lugar donde dan culto al Señor en un instante se vuelve ceniza, por eso comprendemos el dolor que deben estar experimentando las comunidades y les apoyamos para que puedan seguir confiando en el Señor”
El obispo agregó que “se debe invitar a todos los actores en el conflicto mapuche para que puedan disponerse a encontrar soluciones de diálogo si hay situaciones que deben ser reparadas o donde ha habido injusticia. Ciertamente, la violencia no es el camino sino sentarse a conversar seriamente para buscar la solución…Lamentablemente estos atentados incendiarios buscan distraer la atención en lo de fondo y nos centramos en la violencia y se sigue destacando a la región como violenta. También en la estigmatización del pueblo mapuche con la violencia, cuando bien sabemos que el pueblo mapuche es pacífico y quiere convivir con todos en fraternidad. Lo que haya que resolver que se haga por la vía de la verdad, de la justicia, de la paz”.
El Padre Francisco Peralta, párroco de San Antonio de Padua en Padre las Casas, territorio donde se ubica la capilla Juan Pablo II de Traipo, manifestó que “estos actos cobardes a las capillas no tienen sentido y están lejos de ser un acto heroico de parte de quienes los realizan”. Y enfatizó en su deseo de que el gobierno tome cartas en el asunto respecto a este tema dado el daño que sufre la comunidad.
Mismo pensamiento del obispo que agradece la labor de las autoridades locales “pero acá falta que se comprometa el gobierno central de Santiago y que tome en serio lo que esta pasando aquí y que eficazmente resuelva el problema”.
Desde la intendencia regional han asegurado la reconstrucción de los templos quemados, incluyendo estos dos últimos. Una noticia que esperamos pueda concretarse prontamente. Mientras seguimos unidos en la oración por nuestros queridos hermanos de las comunidades de San Antonio de Padre Las Casas y Vilcún y también por quienes no entienden las consecuencias del daño causado.
Fuente: Comunicaciones Villarrica