Adultos mayores que viven y anuncian la buena noticia
Adultos mayores que viven y anuncian la buena noticia

Ser adulto mayor no es sinónimo de pasividad e incapacidad para aportar. Así lo demuestran Luis, Morelia y Óscar, que dan vida a esta Cuaresma de Fraternidad compartiendo sus experiencias de vida y talentos con la sociedad.

Morelia y Luis son dos adultos mayores con más de 60 años unidos en el amor y en la familia que han formado junto a sus 5 hijos, catorce nietos y cuatro bisnietos. También los ha unido la solidaridad con sus vecinos de la población Sumar, en San Joaquín, y su servicio en la Parroquia San Cayetano, de la Legua, donde emergió y se desarrolla hasta el día de hoy su vocación social.

Uno de los sueños de Morelia Villa fue estudiar trabajo social. Y aunque jamás fue la universidad, es una profesional innata, que cerca de sus 80 años sigue al lado de los más necesitados. Junto a su marido y a un grupo de vecinos, impulsaron la creación del comedor de la parroquia y la construcción de la que hoy es la capilla Pobre de Nazaret.

Morelia es reconocida por todos en su barrio, incluso hace algunos años recibió de la Municipalidad de San Joaquín una distinción por su trayectoria comunal. Participó en la junta de vecinos de su sector; creó el Club de Adulto Mayor Bella Esperanza, que preside desde su creación hace cuatro años, y junto a Luis Díaz trabaja en encuentros matrimoniales dando testimonio a otras parejas.

Él sabe que “la Morelia” es valorada por su empeño en sacar adelante proyectos, como el comedor parroquial. “Estuvimos nueve años con los hermanos de la calle dándoles comida. Mi marido salía a buscarlos cuando estaban botados en la plaza y los invitaba a la iglesia”, recuerda ella.
Y menciona otro proyecto, el club de adulto mayor Bella Esperanza: “Antes todos estaban encerrados en sus casas, ahora nos juntamos, hacemos paseos, cantamos, incluso nos ganamos un proyecto en Senama por $1 millón y medio para comprar un refrigerador y otras cosas para el club. Asegura que aprendieron mucho del padre Mariano Puga, que siempre les decía: “Ustedes tienen que ser los primeros, nunca se apoquen”.

Morelia cumplirá 80 años en agosto y agradece a Dios que le siga dando la posibilidad de servir. “Nosotros no somos enfermos del corazón, ni diabéticos, yo tengo todavía la capacidad de escuchar y ayudar”.

Más unidad y organización

Óscar Arévalo (71) también trabaja por los adultos mayores. Aunque ya está jubilado, sigue activo, aportando su experiencia como dirigente social. Es presidente de la Red Nacional Común de Acción de Adultos Mayores, “que nació con la idea de visibilizarlos en una sociedad en que no toma en cuenta sus necesidades y lo que dicen”, expresa. También pertenece al Consejo de Dirigentes Sociales Adultos Mayores, que reúne en una mesa de trabajo a distintas agrupaciones de adultos mayores a nivel de municipios y de Iglesia, vinculado con la Pastoral Social Caritas.
Desde su experiencia Óscar señala que uno de los desafíos es “aunar más a los adultos mayores bajo una misma organización que los represente”.

Reconoce el dirigente que se han dado pasos importantes: “Hoy día uno puede llegar a las autoridades, hemos podido conversar con parlamentarios y ministros y eso ya es algo”.
En ese rol de dirigente de organizaciones de adultos mayores, Óscar comparte lo bien que se siente al trabajar por los demás: “Estar y dirigir una organización, trabajar por mis semejantes es una satisfacción personal”.

Fuente: Periódico Encuentro
www.iglesiadesantiago.cl
Santiago, 02 de Marzo, 2016
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