El Niño Jesús, que nace en nuestros corazones, nos invita a experimentar la Misericordia de Dios, su Padre Eterno
La luz de las velas iluminó cada rincón de la Catedral de La Serena. Y es que numerosos fueron los fieles que colmaron la capacidad del principal templo de la Arquidiócesis, para vivir juntos en familia la Eucaristía de Noche Buena. La celebración, que fue presidida por el Arzobispo, Mons. René Rebolledo, y que contó con la presencia de autoridades de la zona, como Claudio Ibáñez, Intendente de la Región de Coquimbo, y su predecesora, Hanne Utreras, se desarrolló con gran emotividad, recordando siempre que el Niño que nació en Belén, es Hijo de Dios, Padre Eterno Misericordioso.
Durante la noche santa, el Pastor Arquidiocesano saludó “a quienes hoy están sufriendo, a los enfermos, a los abandonados, a los pobres y, muy especialmente, a los que sufren las consecuencias del terremoto y tsunami que afectó a nuestra región el pasado 16 de septiembre. Me acerco a todos ellos para manifestarles que los tenemos presente en nuestra oración durante la celebración de la santa Eucaristía en nuestro templo Catedral y también en las santas Misas que se celebran en los templos y capillas de nuestra Arquidiócesis”, enfatizó.
Momento de gran reflexión se experimentó durante el canto del Gloria, en el cual niños y niñas, que representaron el Pesebre navideño, acompañaron a la imagen del Niño Dios que hizo ingreso por la Puerta Santa de la Misericordia.
“El anhelo es que hoy y a lo largo de nuestra vida, nosotros y nuestros seres queridos, tengamos la bendición de experimentar la presencia viva de Jesús, el Hijo de Dios, el don del Padre a todos los hombres”, señaló el Arzobispo, agregando que, “les deseo la alegría que nace de la confianza en que Dios cumple siempre sus promesas y nos envía a su Hijo Jesús, a quien los hombres esperaron durante siglos. Es el acontecimiento que revivimos cada año en la fe y en el amor al Niño que nace, pobre y humilde en Belén”.
Finalmente, Mons. Rebolledo indicó: “El Santo Padre Francisco nos ha convocado a vivir el Año de la Misericordia, que hemos abierto en la Arquidiócesis con la bendición de la
Puerta Santa de la Misericordia en nuestro templo Catedral, el pasado viernes 11 de diciembre. El desafío es procurar ser también nosotros, a ejemplo de Cristo Jesús, misericordiosos con quienes precisan de nuestros gestos de amor, compromiso y solidaridad. Navidad es cruzar el Portal de Belén para encontrarnos con Jesús. ¡Él es nuestro hermano! ¡Él es nuestro salvador! ¡Él es la luz del mundo! ¡Él es la plenitud de nuestras vidas! Estamos invitados, igualmente, a entrar por la Puerta Santa de la Misericordia y experimentar una vez más que el Padre Eterno es misericordioso y que nosotros estamos convocados a “Ser Misericordiosos como el Padre”, este es el lema del Año de la Misericordia”.
Misa de Noche Buena en Cruz del Tercer Milenio
Además, durante la tarde del jueves 24 de diciembre, el Arzobispo se trasladó hasta el monumento Cruz del Tercer Milenio para celebrar la santa Misa de Noche Buena con los adultos mayores, y sus familias, de la parte alta de la ciudad de Coquimbo. Durante la celebración, estuvo presente el Alcalde, Dr. Cristian Galleguillos.
“Hemos sido duramente golpeados durante este año con temporales de viento, marejadas, el terremoto y maremoto que azotó nuestro borde costero, causando daños y tanto sufrimiento en nuestras familias. Aprovecho la oportunidad de la Navidad, que nos trae amor, solidaridad, fe y esperanza, para dar más ánimo del que ya hemos tenido, para superar la emergencia y continuar trabajando en la reconstrucción”, manifestó el edil.
Fuente: Comunicaciones La Serena