Previamente, la parroquia Familia de Nazaret de Lagunillas había recibido a los jóvenes junto a sus familias, autoridades académicas y el Vicario para la Educación, padre Francisco Osorio, quien celebró la Eucaristía en compañía del asesor espiritual del Instituto, padre Orlando Henríquez, y el diácono permanente Edmundo Espejo.
En su homilía, el Vicario señaló que “un alumno o alumna que ha pasado por el Instituto de Humanidades de Coronel se tiene que reconocer por sus obras, que deben mostrar la fe que han adquirido. El Evangelio nos dice que todos tenemos talentos, que son las virtudes, capacidades, cosas positivas que cada uno tiene en sus vidas. Todos tenemos al menos uno, ¿y cuál es la tarea? Desarrollarlos al máximo. Entonces, para desarrollar los talentos tienen que estudiar, y así tendrán éxito”. Asimismo, el sacerdote recordó los tres pilares del proyecto educativo, que son educar, evangelizar y servir. La Eucaristía culminó con la entrega del signo de la cruz, último hito del itinerario pastoral.
Al día siguiente se efectuó la licenciatura en el gimnasio del Instituto, cuya oración inicial estuvo a cargo de la profesora Rosita Godoy. Luego hubo cambio de portaestandartes y abanderados, y los presentes interpretaron el himno nacional. Acto seguido la rectora, Mónica Pereira Thiele, pronunció su discurso de despedida. Con emoción, dijo que “hoy cuando nos miramos en este espacio es cuando brotan las lágrimas de amor, de orgullo, de satisfacción por el trabajo bien hecho. Todos los profesionales que les guiaron en este caminar, quienes les acogieron en kínder, los profesores que hoy les licencian, todos atesoraremos los recuerdos vividos. Alumnos, guarden sus recuerdos, los juegos infantiles, las visitas solidarias, lo disperso de un curso y disciplinado del otro, y como llegaron a ser uno solo. Dejar el colegio va más allá de dejar una rutina y vestimenta. Implica asumir la vida con mayor libertad y discernimiento. Sus padres y nosotros deseamos que lleven una vida con sentido, movida por la solidaridad y la justicia”.
La comunidad educativa destacó a quienes sobresalieron en distintos ámbitos del quehacer escolar. Así, hubo distinciones especiales al mérito deportivo, científico, humanista, artes, mejor compañero y por supuesto para el alumno integral, reconocimiento que recayó en el alumno Matías Hidalgo Astorga, quien dijo que “el colegio me deja mucho, creo que si me hicieran elegir nuevamente, optaría de nuevo por el Instituto. El ambiente es como en una gran familia, no hay discriminación, y eso se siente bien y se nota. Lo académico es muy importante, pero no debemos dejar de lado los otros aspectos, y en lo particular me preocupé por la música, participar del centro de alumnos, relacionarme bien con las personas, alcanzar la felicidad sin pasar a llevar a los demás”.
Fuente: Comunicaciones Concepción