Gran prueba vivida en la esperanza
Efecto devastador del tsunami en Coquimbo
Gran prueba vivida en la esperanza

En la ciudad puerto Pastor Arquidiocesano solidarizó con quienes están sufriendo las consecuencias del terremoto.

“Sentimos el movimiento y arrancamos inmediatamente al sector del hospital para proteger a los niños. A la mañana siguiente cuando volvimos encontramos toda nuestra casa abajo. Gracias a Dios toda la familia está bien, las pérdidas son solo materiales”. “En estos momentos estamos limpiando nuestras casas, porque más no podemos hacer. Reconstruir y levantar va a ser un proceso largo. Gracias a Dios tenemos la compañía y fortaleza, tanto en el puerto como en este lugar sufrimos las consecuencias, pero saldremos adelante unidos como familia”. Así, con total entereza y confiados en el Señor, familias del sector Baquedano de Coquimbo contaban el desolador panorama causado por el maremoto que afectó a la zona luego del fuerte sismo ocurrido la tarde del miércoles 16 de septiembre.

Hasta el lugar llegó el Arzobispo de La Serena, Mons. René Rebolledo, en compañía del Equipo Arquidiocesano de Emergencia, encabezado por el Vicario de Pastoral, Pbro. Alex Pizarro y el Director Arquidiocesano del Área de Pastoral Social-Caritas, Patricio Alegre.

El escenario devastador del sector fue gratamente contrastado por el ánimo y esperanza que cientos de jóvenes voluntarios entregaban a los vecinos, junto a quienes trabajaron codo a codo para remover escombros y recuperar lo poco y nada que les dejó las olas que destruyeron sus hogares.

El pasado miércoles, Isidora llegó junto a su familia a la casa de su abuelito en Coquimbo provenientes desde Quilpué, para vivir las Fiestas Patrias. Sin embargo, luego del movimiento telúrico y sus consecuencias, ella y su hermano salieron a la calle decidiendo destinar el dinero dispuesto para la celebración a comprar comida y agua, para así ofrecerles a los afectados y voluntarios. “La gente lo necesita, Coquimbo es tierra de gente trabajadora y deben sentir el apoyo de las personas, que los acompañen y den ánimo, en especial en estas fechas que deberíamos estar disfrutando, pero cuando uno ayuda con el corazón, logra también disfrutar”, señaló.

Similar situación vivieron Rodrigo y Macarena, quienes desde Santiago y Villa Alemana, respectivamente, habían comprado pasajes para arribar a la zona la mañana de este viernes 18 de septiembre. Al conocerse la noticia de la catástrofe, decidieron viajar de todas formas pero a diferencia de lo planificado, el objetivo ahora era solidarizar con los damnificados producto del tsunami. “Invito a todos aquellos que tengan ganas de hacer algo distinto y ayudar, que lo hagan. Personalmente no estábamos cómodos viendo en las noticias como la gente sufría y por eso quisimos formar parte de la solución y venir a colaborar en lo que más se pueda”, enfatizaron.

“Han sido momentos tristes y dolorosos, pero a la vez tremendamente edificantes al escuchar los testimonios de la gente cómo llevan adelante esta prueba, con fe y esperanza. En mí recorrido por las calles aledañas al puerto de Coquimbo he tenido tantas impresiones, las que podría sintetizar en la realidad que entrañan los conceptos: dolor, sufrimiento, panorama devastador, desolación, pero a la vez fe, amor, solidaridad, disposición, afecto, entre otros. He orado con algunas personas, también atendí a quienes pedían la bendición para lo que ha quedado en sus casas, compartí el sufrimiento con otros y, particularmente, he sido testigo de muchísimas muestras de solidaridad de jóvenes, adultos y niños…momentos también que dan mucho para reflexionar y rezar”, indicó el Arzobispo.

Por su parte la señora María Ochandía, integrante del Camino Neocatecumenal de la capilla “Nuestra Señora del Pilar” de La Herradura y que vive en la población Gabriela Mistral manifestó: “Perdí todo lo que tenía en el primer piso de mi casa. Fue poco lo que se salvó, sino fuera por la ayuda que de a poco va llegando no tendría ni un par de zapatos. Gracias a Dios estamos saliendo adelante, Él es tan grande que siempre nos está apoyando, aunque hayamos perdido todo, vamos a recibir lo que necesitamos porque no nos abandona y siempre intercede por nosotros”.

Fuente: Comunicaciones La Serena
Coquimbo, 19 de Septiembre, 2015
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