Monseñor Fernando Chomali llamó a promover una cultura de unidad
Monseñor Fernando Chomali llamó a promover una cultura de unidad

Abordando distintos tema sociales y con un fuerte llamado a promover la cultura de la mirada de país por sobre la mirada del partido y una cultura de la unidad, monseñor Fernando Chomali presidió el Te Deum en Concepción.

A esta celebración de Acción de Gracias por un nuevo aniversario de la Patria, en la catedral metropolitana penquista, asistieron autoridades de gobierno regional, parlamentarios, autoridades militares y representantes de la comunidad.

A la inicio del Te Deum se dio lectura al mensaje del Papa Francisco en solidaridad con las personas y familias que sufren el terremoto que afectó a la Región de Coquimbo. El Arzobispo también hizo oración y un ferviente llamado a colaborar en la búsqueda del universitario de Concepción, Carlos Gallardo Ramírez, perdido hace un mes en Europa.

En parte de su homilía, Monseñor Chomali dio gracias a diversos sectores, pero especialmente a “los pueblos originarios, que con sus tradiciones y cultura enriquecen al país y nos recuerdan el amor a la tierra, a la familia y el respeto a los ancianos, que la cultura occidental fundamentada en la competencia y el lucro, los tiene cada vez más abandonados”.

Luego también expresó la preocupación son los jóvenes señalando que “el país ha crecido económicamente, pero muchos jóvenes están y se sienten solos, sus manifestaciones de rabia que vemos en muchos de ellos, no es más que el efecto del abandono en que se encuentran. Hay un grupo de ellos que no ven para sus vidas, horizonte de futuro y no se sienten parte de la sociedad. En Chile, más de 700 mil jóvenes no estudian ni trabajan. En la región son más de 120 mil. ¿Podemos quedar indiferentes frente a ello? Ciertamente no”.

Se refirió también a la reforma educacional. “Esperamos ésta permita que, por un lado, los padres puedan elegir el proyecto educativo que quieren para sus hijos y que, por otro, la calidad de la educación recibida no dependa de la situación económica de los padres. Ello es una injusticia que clama al cielo y que requiere ser enmendada. Para ello, es urgente fortalecer y mejorar la educación pública. En eso, cuentan con el apoyo de la Iglesia”, subrayó.

Además, abordó el problema del trabajo, expresando que “el trabajo es sagrado porque lo hace una persona. Allí, radica su riqueza y su dignidad, y no es una mercancía que se transa en el mercado, ni un mero hacer en el engranaje de la producción. Hemos de colaborar activamente para generar más y mejores trabajos. Duele el alma ver cómo se cierran industrias y los sueños de tantos. Duele el alma ver cómo son tratados los pequeños empresarios y obreros que quedan lanzados a su propia suerte y, en la más absoluta indefensión, frente a los grandes”. Citó como ejemplo lo ocurrido con los mineros de Curanilahue, quienes fueron abandonados por los empresarios dueños del yacimiento de carbón.

“No puedo dejar de mencionar, con tristeza la violencia que se está apoderando de las calles. Ello, debe darnos una señal de alerta, que algo anda mal en la sociedad. Ello, exige un análisis que vaya más allá de las lecturas policiales o de inteligencia, que legítimamente podamos hacer. Se trata de una cultura de la violencia, que se ha ido plasmando en la vida diaria. Es consecuencia de una sociedad deshumanizada, donde se ha ido perdiendo paulatinamente el valor de la vida humana y el valor y el respeto por el otro”, aseveró.

Por otro lado, manifestó su preocupación por que la sociedad se deshumaniza al abrirse “a la posibilidad que, en Chile, se despenalice el aborto. Ello, sólo traerá efectos nocivos para la vida de los más débiles, de los que requieren más cuidado. El talante de una sociedad se mide en la capacidad que tiene de cuidar al desvalido. Aspiremos a ello como sociedad. Las futuras generaciones lo van a agradecer”.

Finalmente, hizo hincapié respecto a que “en la línea de buscar caminos para lograr una sociedad más humana, en este día de todos los chilenos y chilenas quisiera recordar la necesidad de trabajar con ahínco y mayor esfuerzo para conocer el paradero de los detenidos desaparecidos. Hemos de mirar con mucho respeto y admiración a quienes aún, después de 40 años añoran y claman por despedirlos como se lo merecen”.

- Texto completo de la homilía

Fuente: Comunicaciones Concepción
Concepción, 18 de Septiembre, 2015
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