El párroco, padre Rafael Ramírez, explicó que “este 8 de septiembre cumplimos 2 años de Adoración Eucarística permanente en la capilla que tenemos en el interior de la parroquia para este propósito, y por eso invitamos al cardenal Ezzati”. La capilla está abierta de lunes a domingo las 24 horas del día. “Con esfuerzo, pero funciona”, señaló el sacerdote. Hay alrededor de 300 adoradores registrados, más los fieles en general que pasan a rezar ante el Santísimo.
El padre Rafael señaló que es normal que haya una capilla de adoración en las comunidades religiosas, pero que en los últimos años éstas han surgido en muchas parroquias en diversos países. “Es una acción del Espíritu Santo, que está suscitándolas. El mundo en que vivimos necesita de esos espacios de silencio e intimidad con el Señor. La gente valora mucho esos momentos, porque generalmente no los tiene. Esta capilla ha sido una inyección para la vida parroquial”, dijo.
La Adoración Eucarística es una iniciativa de laicos y sacerdotes, que busca proveer de lugares aptos para esa intimidad con Dios. Quienes quieran conocer detalles de la Adoración Eucarística permanente, pueden contactar la página www.adoracioneucaristica.cl.
Al comienzo de la misa, el padre Rafael expresó la alegría de esta comunidad de recibir la visita del pastor. En la liturgia estaban una gran cantidad de fieles y miembros de la Asociación Heraldos del Evangelio, que desde hace un tiempo colaboran con esta parroquia en actividades como la misión puerta a puerta, la catequesis en la cárcel y el coro parroquial.
Escuchar la palabra y ponerla en práctica
En la homilía, el cardenal Ezzati, refiriéndose al Evangelio de este domingo, del sordomudo sanado por Jesucristo, dijo que la actitud fundamental de todo hombre y mujer que quiere entrar en el dinamismo de la fe necesita, en primer lugar, escuchar la Buena Noticia “con un corazón atento, obediente, que se sorprende y quiere poner en práctica la palabra de Dios. ¡Cuántos sordos hay en la humanidad, también entre nosotros, que no quieren escuchar esa palabra! Sordos que no permiten que esa palabra entre en el corazón para cambiar la vida”.
Luego, el arzobispo señaló que “si queremos saber si nuestra vida es auténticamente cristiana, tendremos que preguntarnos si tenemos el oído y el corazón abiertos para escuchar la palabra de Dios”. Palabra, dijo, como aquella que indica: “Adorarás al Señor, tu Dios, a Él amarás por encima de todas las cosas”. E hizo la pregunta: “¿Qué lugar tiene Dios en mi vida? ¿No es cierto que muchas veces nuestros dioses no son el Dios verdadero y somos esclavos de tantos dioses que son vicios de nuestra existencia?”. El cardenal Ezzati agregó que para poder tener el oído y el corazón abiertos a la palabra de Dios es necesario que él nos toque el corazón y nos abra el oído.
El pastor señaló en su homilía que, además de escuchar la palabra de Dios, esa palabra debe convertirse en misión y hacer de los cristianos misioneros de la Buena Noticia, sin hacer distinciones entre las personas.
El cristiano acoge toda vida
Al respecto, citando la última encíclica del papa Francisco, Laudato si, el Arzobispo de Santiago dedicó un momento de su homilía para referirse a la “cultura del descarte” y al proyecto de ley sobre el aborto: “Descartamos de nuestra vida a quienes no nos sirven, a quienes no producen, a quienes son enfermos o ancianos. Descartamos la posibilidad de la vida que ya está concebida porque me molesta y favorecemos una ley de aborto. El cristiano no es un hombre y una mujer que promueve la cultura del descarte, sino que promueve la cultura de la solidaridad, de la acogida y del cuidado de todos”.
Fuente: Comunicaciones Santiago
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