La Santa Misa en honor a San Alberto Hurtado, fue el momento propicio para la entrega de importantes aportes a nueve Parroquias y Capillas de la Arquidiócesis de Puerto Montt, para cubrir necesidades urgentes, a través de Proyectos solidarios en beneficio de personas en situación de vulnerabilidad social, gracias a fondos que provienen de la Campaña de Cuaresma de Fraternidad Arquidiocesana.
El Día Nacional de la Solidaridad y Pascua de San Alberto Hurtado, estuvo centrado en la Eucaristía celebrada en la Catedral de Puerto Montt, presidida por el Arzobispo Monseñor Cristian Caro Cordero, con gran participación de fieles, comunidades parroquiales, agentes pastorales, voluntariados, estudiantes, sacerdotes y diáconos de la arquidiócesis, y una relevante participación del Hogar de Cristo y la comunidad Jesuita.
Fueron momentos muy especiales centrados en la persona de Alberto Hurtado, la obra y legado del santo chileno que luchó tanto por la justicia social en el país. Durante su homilía, el Arzobispo recordó, que el día de de su Canonización, Benedicto XVI “Papa emérito”, dijo: el Padre Hurtado llegó a la santidad porque “amaba a Dios con todo el corazón, con toda su alma y con toda su mente, y al prójimo como a sí mismo” (conf. Mt 22, 35 -40), lo que nos alienta a que nosotros también podemos llegar a ser santos, si imitamos a san Alberto Hurtado.
Monseñor también se refirió a parte de la homilía del Padre Hurtado en el Te Deum del 18 de Septiembre de 1948 en Chillán donde dijo: “Chile tiene una misión en América y en el mundo de esfuerzo, de austeridad, de fraternidad democrática, inspirada en el espíritu del Evangelio. Y esa misión se ve amenazada por todas las fuerzas de la vida cómoda e indolente, de la pereza, la apatía y el egoísmo”. Palabras del Santo, muy sentidas y reales, ayer y hoy.
Fuente: Comunicaciones Puerto Montt