En su homilía, Monseñor Chomali dijo que “el Padre Hurtado hizo un largo camino espiritual e intelectual. Fue un hombre de Dios; era un hombre que pasaba horas delante del Santísimo; tal vez escuchó las palabras del teólogo suizo Hans Urs von Balthasar, quien decía que quien no reza no tiene nada que decirle al mundo. Alberto Hurtado le dijo mucho al mundo y le sigue diciendo mucho al mundo, porque fue un hombre que rezó mucho”.
Reflexionó respecto a que “las preguntas que se hacía el Padre Hurtado, en el año 50, están plenamente vigentes hoy. Y por lo tanto es un santo vigente, actual que nos habla a cada uno de nosotros”.
Manifestó que “el Hogar de Cristo es consecuencia de su vida espiritual, porque entendió con mucha profundidad que para amar a Dios hay que amar al prójimo. Comprendió que Dios se hace hombre y habita en medio de nosotros y sigue habitando con los pobres, con los que sufren, con los que tienen que bajar a la mina para que se les pague el sueldo. Jesucristo está donde hay injusticia y donde hay dolor, donde hay inequidad y donde hay frustración y es ahí donde tenemos que actuar”.
Agregó que “nuestra fe se juega en el servicio a los demás y faltaríamos gravemente a nuestra vocación de cristianos, si no tenemos un claro sentido de lo que es justo y recto. No es palabra de buena crianza cuando la Iglesia dice la opción preferencial por los pobres”.
Monseñor Chomali subrayó que “viendo al Padre Hurtado, tenemos que llenarnos de energía, de espíritu de esperanza y de alegría como lo hizo él “contento Señor contento”. Es posible cambiar al mundo no desde los escritorios, sino desde los puentes. Creo que hoy, en una sociedad tan exitista y tan superficial nos hace tremendamente bien el Padre Hurtado, en su actuar, por su sencillez, su coherencia, su capacidad de convocatoria y tanto más”.
El Pastor hizo oración especial por los mineros del yacimiento Santa Ana de Curanilahue, quienes se mantienen por más de un semana a 700 metros de profundidad al interior del mineral, para exigir el pago de sus sueldos y de sus imposiciones.
Durante la celebración, un grupo de nuevos voluntarios de la Red Apostólica Ignaciana, de la Pastoral Juvenil y de la Pastoral Social fueron enviados al trabajo social en favor de los pobres. Monseñor Fernando Chomali les hizo entrega de la Carta Encíclica del Papa Francisco, Laudato Si`, en tanto los voluntarios encendieron sus cirios, en señal de su compromiso de ser luz de Cristo para el mundo.
Al término de la Eucaristía los asistentes rezaron la Oración a San Alberto Hurtado
Fuente: Comunicaciones Concepción