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Al igual que el año anterior, el lugar elegido para el desarrollo de esta Eucaristía fue un campamento, debido a lo que significa para la comuna, la difícil realidad migratoria y de altos costos de la vivienda, lo que obliga a muchos hermanos a vivir en condiciones de precariedad.

La misa denominada el “El dar nos permite crecer”, fue convocada por diversas organizaciones sociales de Antofagasta, tales como: TECHO-Chile, Servicio Jesuita a Migrantes, Fundación Trascender, Fundación Superación de la Pobreza y Colegio San Luis.

Durante su homilía el Arzobispo, agradeció la presencia de numerosa juventud, y destacó la figura del Padre Hurtado, quien llevó su vida de acuerdo a los enseñado por Jesús, ‘Amarás al Señor tu Dios con todas tus fuerzas y al prójimo como a ti mismo’.

También agregó, “el venir aquí es una imagen que no se borrará fácilmente. Hoy, precisamente que se quiere construir una sociedad sin Dios, sin embargo Él nos sostiene en momentos en que las cosas no salen, porque Jesús es un apasionado por el bienestar de las personas, se preocupa porque los que están en una situación difícil”.

“Que esta misa nos cale profundo, que abra surcos y germine esperanza, que con una fe bien vivida motivaremos a otras personas a imitarnos y nos haga vivir de manera solidaria, con una vida llevadera, mirándonos como hijos de Dios”, enfatizó el arzobispo.

Cabe recordar, que el gobierno chileno declaró el 18 de agosto como el «Día de la solidaridad» y, desde su beatificación de San Alberto Hurtado en 1994, el calendario litúrgico y el santoral de la Iglesia católica recuerdan su memoria ese mismo día, aniversario de su muerte.

Fuente: Comunicaciones Antofagasta

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