Un distendido y fructífero encuentro sostuvieron en la Vicaría Norte, el 8 de agosto en la mañana, los coordinadores zonales del área de Catequesis con el Arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, quien se sumó a la reunión que mensualmente sostienen con el director del departamento diocesano, P. Jorge Barros, y los representantes del INPAS.
En un cercano ambiente y tras un momento de oración en la capilla, los responsables del departamento diocesano y de las zonas territoriales expusieron al Arzobispo la estructura y los lineamientos del trabajo, así como los logros, dificultades y desafíos particulares.
Posteriormente, el pastor de la diócesis les entregó, por un lado, las líneas centrales que debiesen atravesar todo el trabajo pastoral de los catequistas y, por otra, les ofreció criterios de evaluación que les permitan discernir si la acción evangelizadora de catequistas tiene alguna fecundidad.
“La Iglesia tiene la gran tarea de anunciar, pero si la acción catequética se limitara solamente al anuncio, a la formación, y no estuviera integrada por los otros tres elementos, como son vivir, celebrar y testimoniar el Reino de Dios, no sería una auténtica catequesis de la Iglesia”, expresó. “Que no se pierda de vista que la acción de la catequesis tiene que ser una acción también orgánica, y por consiguiente, interconectada con muchas otras dimensiones de la pastoral”, añadió.
En ese mismo sentido, manifestó que tomando en cuenta que la catequesis es la transmisión sistemática de lo que es la fe cristiana, “que abarca el conocimiento, pero que no se limita al conocimiento”, especialmente en una época como la que vivimos, de cambio cultural, “hay que volver a lo que es básico, pero que no siempre es obvio en los papás ni en los niños especialmente: el conocimiento de Jesús”. “En la Iglesia hay una jerarquía de verdades. Por ejemplo, existen los ángeles y es parte de nuestra fe, pero el centro de nuestra fe es Jesucristo”, señaló.
Catequesis ocasional
En el itinerario de formación, se debe entremezclar –agregó el cardenal Ezzati- lo que en la tradición de la Iglesia se ha llamado la catequesis ocasional. Este se refiere a ciertos contenidos –explicó- que es necesario incorporar en uno o más encuentros con los catequizandos, en vista de situaciones a nivel país, personal o grupal que afecten de alguna manera al grupo. Por ejemplo, el tema del cuidado de la vida en estos momentos en que se discute el proyecto de despenalización del aborto; la muerte, si fallece alguna persona cercana; o el Año de la Misericordia que está próximo a comenzar.
“El catequista debiera tener la capacidad -y ustedes ofrecerles la oportunidad- de integrar en el camino de la catequesis sistemática y ordenada de la fe también con estas dimensiones de la catequesis ocasional, que es también fundamental”, dijo.
Textos y cuidado
Asimismo, indicó que es primordial utilizar los libros oficiales que se ofrecen en la diócesis a través del INPAS, lo que ayuda a que la “catequesis sea sistemática, orgánica y procesual”, sin por eso suponer “que estos textos sean perfectos, y que no se puedan y deban superar”. De igual modo, que lo más importante en el proceso son los catequistas, por lo cual una tarea fundamental es el cuidado de éstos. “¿Y qué cosa significa aquí el cuidado por los catequistas? La dimensión vocacional, espiritual, con el corazón del buen samaritano”, aunque también su preparación a nivel de los contenidos y de metodología”.
Evaluación
Finalmente, el Arzobispo de Santiago entregó pistas para efectuar una evaluación de la tarea catequética en cada grupo, partiendo de la base que no se trata de medir el “éxito” sino la “fecundidad de la acción pastoral que realizamos”, desde la premisa que hay una dimensión imposible de evaluar, como es la acción del Espíritu Santo.
“El Espíritu trabaja y está presente en la tarea de la Iglesia y los frutos del espíritu algunos los vemos, otros no, otros llegarán en un momento y llegarán en otro momento”, sostuvo.
Mencionó que hay 5 verbos que pueden servir de criterios para saber si la catequesis que se está impartiendo en la parroquia es fecunda o no es fecunda: conocer, amar, seguir, celebrar y transformar.
Y para aplicarlos, ejemplificó: El grupo de catequizandos, niños y papás, ¿conocen más a Jesús y su evangelio, el misterio de la Iglesia la cual pertenece?, ¿aman más a Jesús, aman más su propia vocación cristiana, a la Iglesia?, ¿siguen más a Jesús, es decir, traducen en su estilo de vida, en su manera de vivir, el estilo de vida de Jesús; por ejemplo, son capaces de perdonar, de confiar en Dios, de vivir la solidaridad?, ¿celebran la liturgia, se involucran en la participación en los sacramentos, en la oración, especialmente en la liturgia dominical?, y, por último, ¿la catequesis ha logrado y logra que la vida del catequizando se transforme, es un testigo de Jesús y de su reino?
Terminada su exposición, los encargados zonales hicieron consultas al pastor y dialogaron sobre algunas catequesis específicas, como la de discapacidad.
La hermana Alicia Arévalo, asesora de Catequesis de la Vicaría Norte, evaluó como muy positivo el encuentro. “Creo que el cardenal nos dio pistas muy claras para la catequesis”. Destacó entre ellas, la catequesis ocasional, “el tener en cuenta a las personas con las que trabajábamos y ser misericordioso, porque hoy día la gente necesita esa misericordia, integrando toda la catequesis con el acontecer diario de las familias y el país”. Por ejemplo, dijo, la cesantía, los papás que a veces no se acercan porque están viviendo en pareja y no como matrimonio, “tenemos que mostrar un Dios que es Padre, que es amigo de los chiquillos, de los papás, una cercanía a sus dolores y problemas”.
Fuente: Comunicaciones Santiago
www.iglesiadesantiago.cl