El frío matinal no opacó el ánimo de la renovada comunidad parroquial San Andrés, del decanato Matta de la zona Centro, el domingo 2 de agosto.
Presidida por el Arzobispo de Santiago cardenal Ricardo Ezzati, la eucaristía entremezcló la alegría de recibir la visita y el mensaje del pastor con la de juntos celebrar los avances que como comunidad van viviendo tanto en el aspecto físico como humano.
Poco antes del mediodía, el cardenal fue recibido por el párroco P. Juan Manuel Sayago, y miembros de la comunidad, quienes le enseñaron los trabajos de remodelación terminados en una primera etapa: pintura interior, fachada y la gruta de la virgen. Luego, se ubicaron a la entrada del templo, saludando a los feligreses en su ingreso.
En la homilía el cardenal Ezzati expresó: “No es el pan el que da la vida. Es Jesús, el pan vivo bajado del cielo el que la da. ¿Qué tenemos que hacer, cómo tiene que ser nuestra vida para que pasemos del pan material al pan de vida?”.
La Iglesia –añadió el pastor- en estos tiempos de cambios culturales nos invita a encontrarnos con Jesús, “porque si nos encontramos en verdad con Él, podremos encaminarnos hacia la conversión, hacia la comunión y hacia la solidaridad verdadera.
“Que hermoso es el mensaje de Dios para hoy: saber que Él es el pan que puede saciar nuestra vida, las angustias y también las esperanzas. No dejemos nunca de acudir al Señor, allí donde Él tiene su casa, para que sea nuestra casa. Por eso me alegra también que la expresión externa de su parroquia haya mejorado y sea mucho más bonita”, manifestó.
“Tengan la confianza de caminar siempre, aunque a veces el camino se parezca a un desierto estéril, teniendo a nuestra disposición el agua que el Señor nos da, que es la fe que alimentamos domingo a domingo; la brújula que es el evangelio, la Palabra de Dios, que debiéramos leer constantemente para discernir el camino de vida que Dios nos ofrece; y no dejemos nunca de apreciar la comunidad, en los grupos, en la misma parroquia, en las asociaciones, en las comunidades, porque allí encontraremos también la ayuda de los hermanos y las hermanas que nos van acompañando”.
También se refirió al sentido de la solidaridad. “Ayer comenzó el Mes de la Solidaridad. Para mí el símbolo más bello de la solidaridad es ese niño que confía e Jesús y le da sus 5 panes y dos peces, poniéndolos a su disposición. Sin ese niño y sin la generosidad de ese niño, Jesús no habría hecho el milagro de multiplicar el pan. Y sin Jesús ese niño tampoco habría podido tener pan para todos. La solidaridad es siempre un fruto de una comunión muy íntima de Jesús con nosotros y de nosotros con Jesús”, sostuvo.
Al finalizar la misa, el P. Juan Manuel Sayago, expresó que al asumir el encargo de párroco se afanó en reconstruir el templo exterior, “pero al pasar los meses me he dado cuenta que nuestra riqueza no es solo un templo, nuestra riqueza es nuestra gente. No quiero resaltar ni la fachada, ni la capilla, ni las otras cosas que hemos hecho, sino que a las personas”. Y así, dio una larga lista de agradecimientos a quienes anónimamente han contribuido con dinero o sus talentos.
De igual modo, hizo una especial mención al sacristán, don Manuel Veas, por su paciencia y sabiduría. Y a los distintos grupos, pastorales y comunidades que participan en la parroquia, así como a “los fieles de domingo y los que visitan la grutita”.
Posteriormente, la comunidad compartió un fraterno ágape.
Fuente: Comunicaciones Santiago
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