Que no solo la tragedia nos haga mirarnos a la cara
Que no solo la tragedia nos haga mirarnos a la cara

A poco más de un mes de los aluviones que afectaron parte del norte de Chile, la situación está aún más lejos.

María Valdés vive en la parte alta de la ciudad y no sufrió directamente los embates de los aludes, pero sí las consecuencias posteriores de una ciudad paralizada y el compartir el trauma de sus amigas y colegas. “Están choqueadas y por ahora solo están dedicadas a sacar el barro de sus casas, no tienen cabeza para nada más. Además perdieron todas sus herramientas, joyas y artesanías. Algunas de ellas debieron subir a los techos de sus casas y pensaron que ese sería su final”, dice. Por eso es muy importante seguir acompañándolas. “Tal vez no tenga cómo ayudar en lo material, pero puedo al menos sacar una palada de barro… lo importante es sentir que alguien está al lado tuyo” cuenta.

Monseñor Pedro Ossandón, Obispo Auxiliar de Santiago y Presidente de la Pastoral Social Caritas Chile visitó la Región de Atacama y no oculta su impresión por lo que presenció: “Vi una tragedia de inmensas proporciones. Un dolor que va a durar en el tiempo y que hay que acompañar. Quedé muy impresionado de cómo el Obispo, Don Celestino Aós, junto con la Pastoral Social, los agentes pastorales laicos y consagrados de Copiapó, se organizaron desde el primer momento”. Añade: “Me pasó - y a todos los que visitábamos los albergues- que encontramos sufrimiento, pero también la alegría y la solidaridad de Cristo en quienes estaban cocinando, organizando la ayuda, los que acompañan los programas de contención espiritual y todo lo necesario para estar junto a las personas que más sufren. La tragedia y la campaña de solidaridad con el norte nos hacen redescubrir que la Misión Territorial tienen como sello la caridad de Cristo que nos urge”, señala el Obispo Ossandón.

Al mal tiempo un corazón solidario

El Padre Andrés Moro, Vicario de la Pastoral Social y los Trabajadores, ha estado a cargo de animar la campaña en Santiago, y explica el desafío que viene en adelante: “Lo reunido pasará a un fondo solidario para trabajar ojalá de aquí hasta abril del 2016. Queremos pensar una intervención más larga en terreno. Tenemos la experiencia de trabajo conjunto cuando fuimos en apoyo de un número grande de familias damnificadas por el incendio de Valparaíso. En ese mismo espíritu queremos, junto con la Pastoral Social de Chile y Copiapó, pensar dónde realizar intervenciones más concretas para las familias de Atacama”. A su juicio, “en tiempos difíciles de confianza en las instituciones, los gestos de solidaridad, de fraternidad y de justicia social, son elementos muy importantes para reconstruir los lazos de un país que tiene y que puede ser mucho mejor”.

La tragedia nos obligó a mirarnos a la cara

El Padre Alejandro Castillo es párroco de las comunidades de Nuestra Señora de la Esperanza y El Sagrado Corazón. Esta última fue una de las parroquias afectadas por el alud en Copiapó. Durante los primeros días, y debido a que el Obispo se encontraba fuera de la ciudad, al padre Alejandro -que también es Vicario General y de Pastoral- le correspondió visitar Chañaral, El Salado, Diego de Almagro y todos los lugares que pudo. “Hubo 17 aluviones en toda la región. Descubrir que ya no existía el centro de Chañaral, o que El Salado desapareció en un 70%, fue algo impresionante. De la capilla no quedó ni huella. Del comercio no quedó nada. Era como una escena de postguerra, de un ataque atómico, que se repetía en todos los pueblos”. Sostiene: “Me llamó la atención en la visita a los albergues, la necesidad de la gente de relatar sus historias. Están en shock. Las abuelitas nos contaban que no sabían cómo lograron subir a los techos para no ser llevadas por la corriente”.

Cuenta el sacerdote que a partir de la experiencia de los párrocos, los equipos de emergencia de Caritas Chile y las redes de la diócesis se está ejecutando un proyecto pastoral que busca ayudar a la gente en lo inmediato, pero también acompañar a las familias, por lo menos unos seis meses, junto con la reparación y construcción de casas. Al mismo tiempo está el apoyo espiritual y psicológico que realizan religiosas, sacerdotes y psicólogos, que ya están recorriendo la diócesis en una etapa de contención. “Luego estamos proyectando ayudas para micro emprendimientos, con capacitación según la realidad de cada sector. Esto está provocando mucha cesantía y ya se nota” agrega el padre Castillo.

El presbítero señala que se trata de un desafío de largo aliento. “Mucha gente recién está sopesando lo que sucedió. Varios perdieron parte de su vida, sus recuerdos. Se ha perdido lo afectivo y además se está produciendo el dolor de la desintegración de las familias. Hay un éxodo de la gente, especialmente de jóvenes y niños que han sido llevados a Ovalle, a La Serena, a Santiago u otros lugares. Es un tema social y familiar que ya era difícil en la zona. Es algo que nos preocupa y que puede generar crisis”.

Sin embargo, también reconoce aspectos esperanzadores: “Las rejas que dividían a los vecinos desaparecieron, el agua se los llevó. La tragedia nos obligó a mirarnos cara a cara. Esto ayudó a que la gente esté preocupada de los demás. Los vecinos que no se conocían, se han ayudado, han compartido el agua, los alimentos, el cuidado de lo que les queda. Se han visto gestos de solidaridad nuevos e impensados. Esperemos que sea permanente y no se pase en la medida en que se van encontrando mejores condiciones de vida para cada uno”.

Además, el padre Alejandro cuenta que la Conferencia de Religiosos de Chile se comprometió con un proceso acompañamiento por doce meses. “La cercanía, la escucha es muy importante. Lo material también, y está llegando gracias a Dios, pero a veces es más fácil colaborar y desentenderse. Pero aquí hay necesidades humanas que acompañar. Se necesita alguien que abrace, un oído que escuche, unas palabras de afecto”.

Las cifras de la Campaña en Santiago (al 28.04)

Caritas Chile ha recibido
- 110 toneladas de donaciones
- $83.163.148 en aportes de dinero ($80.947.060 serán destinados a proyectos de habitabilidad y de emprendimiento. El diferencial fue destinado a los gastos de transportes para llevar las donaciones al Norte)

Para seguir colaborando: cuenta corriente Nº 6824293-2 Banco Santander a nombre de Arzobispado de Santiago, Vicaría de Pastoral Social, RUT: 72.160.000-9 e-mail: vicaria@vicaria.cl

Destacado: “Encontramos sufrimiento, pero también la alegría y la solidaridad de Cristo en quienes estaban cocinando, organizando la ayuda..” Dice Monseñor Pedro Ossandón, presidente de Caritas Chile.

“Se necesita alguien que abrace, un oído que escuche, unas palabras de afecto”, Dice el Padre Alejandro Castillo, Vicario General de Copiapó.
Santiago, 07 de Mayo, 2015
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