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Un llamado a crear nuevas relaciones con la naturaleza, con el trabajo y entre las personas, hizo el Obispo de Copiapó, Monseñor Celestino Aós, en la celebración de la Misa por el Día de los Trabajadores.

A propósito de los difíciles momentos que vive la región por los aluviones ocurridos el 25 de marzo, el Obispo dijo en su homilía que "las experiencias del dolor no dejan indiferente: el sufrimiento a unos los madura y enriquece como personas, y a otros el sufrimiento los amarga y los empobrece en la rabia que les impide disfrutar la vida" y agregó que "los más felices no son quienes han tenido la vida más fácil, sino quienes han vivido el sufrimiento positivamente, los más felices son los que aprenden de los hechos, los más felices son los generosos y responsables. Nosotros estamos en una situación especial, tomando aún el peso de la tragedia de las aguas y lodos que nos inundaron y arrasaron; es tiempo y ocasión para aprender".

Nuevas maneras de relacionarnos

La primera tarea señalada es aprender una nueva relación con la naturaleza "que sigue su ritmo, que tiene su memoria, que vuelve y volverá a recuperar sus lugares", dijo el obispo. "Si en vez de vivir amigos de la naturaleza nos hacemos adversarios y enemigos de la naturaleza, llegará el momento de nuevos sufrimientos".

También llamó a aprender nuevas maneras de relacionarnos con el trabajo. "Las normas del trabajo no pueden convertirse en tiranía y esclavitud. No es el hombre para el trabajo sino el trabajo para el hombre" señaló y condenó el buscar "el propio provecho olvidando o lesionando el provecho de los demás".

Por último, don Celestino invitó a aprender "a relacionarnos de modo nuevo entre nosotros". Dijo que el desinterés por los demás, la búsqueda de la propia tranquilidad o placer no son bases sólidas de convivencia; “quienes edifican sobre la base sólida de la responsabilidad tratando de hacer bien su quehacer y colaborando con los demás, quienes edifican sobre la base de la solidaridad mirando y compartiendo y ayudando a los más pobres y necesitados, a los pobres y a los enfermos; quienes cuidan de su propia familia aportando no sólo su dinero sino también su cariño y su ternura; quienes respetan y defienden la vida desde el primer momento de su concepción rechazando toda agresión y todo asesinato; quienes entienden que el lucro personal no puede ser el criterio sin importar que se despoje a otros de lo que se les debe o les es necesario… esos están poniendo un cimiento firme, esos están construyendo un Chile mejor”.

En el ofertorio se presentaron junto al pan y al vino, minerales y uvas representando a los mineros y temporeros, una pala que simbolizó el trabajo de los miles de voluntarios que han estado en labores de rescate y limpieza.

Después de la misa, la asamblea disfrutó de una convivencia con el Obispo, en el patio del Obispado.

Fuente: Comunicaciones Copiapó

 Obispo de Copiapó llama a crear nuevas relaciones humanas y con la naturaleza