Cardenal Ezzati dijo en la Misa Crismal que los sacerdotes son signos y portadores de Cristo
Una solemne misa crismal, presidida por el Arzobispo de Santiago, se celebró este jueves 2 de abril en la Catedral de Santiago con la participación de aproximadamente cuatrocientos sacerdotes diocesanos y religiosos. Colegios católicos, familiares de sacerdotes, diáconos permanentes y cientos de laicos se reunieron en el principal templo capitalino para celebrar la misa donde los sacerdotes renuevan las promesas que hicieron ante el obispo el día de su ordenación.
En su homilía el cardenal Ricardo Ezzati llamó a la feligresía a orar por los sacerdotes. “La Iglesia invita a orar para que el Señor derrame sobre nuestros sacerdotes sus bendiciones y puedan cumplir la misión de ‘ser fieles ministros de Cristo’, conduciendo los hermanos hacia Él, única fuente de salvación y de gozo”, dijo. Añadió: “Oren también por mí ‘para que sea fiel al ministerio apostólico confiado a mi humilde persona’”.
Una gracia para la vida
Llamó a los sacerdotes a contemplar la belleza de la vocación de ser signos y portadores del misterio de Cristo para los hombres y mujeres. Luego les recordó que han sido elegidos por Jesús para estar con Él. manifestó: “Quien nos ha elegido es el Señor que no ha querido fundar su Iglesia sobre hombres perfectos u poderosos, sino más bien sobre la fragilidad y la traición de Pedro, sobre el escondido orgullo de ocupar los primeros puestos, sobre la pretensión de sentarse uno a la derecha y el otro a la izquierda del trono del Señor”. Sin embargo, “si cuando delante del Señor consideramos nuestro ministerio y aflora la conciencia de nuestra humanidad, de nuestra pobre y pecadora humanidad, no nos debe abandonar la certeza de quien nos llamó y eligió”. A continuación recalcó que nada se puede hacer separado de Cristo.
En la misión de la Iglesia
Luego, subrayó algunos “dinamismos de gracia” para vivir con gozo el ministerio sacerdotal. El primero de ellos es el protagonismo de Cristo. Dejar que Jesús se adelante “abriendo caminos nuevos de fecundidad y de vida, en nosotros, en la existencia de las y los hermanos y de la historia de la humanidad”. El segundo dinamismo mencionado fue el don de la unidad. “Jesús nos ha querido uno”, dijo. “Queridos hermanos sacerdotes la unidad del Cuerpo de Cristo es un tesoro que nadie debe atreverse a romper”, aseguró. En tercer término mencionó la misión de evangelizar predicando el Reino de Dios. “Esta es nuestra misión. Ser discípulo es tener la disposición permanente de llevar a otros el amor de Jesús y eso se produce espontáneamente en cualquier lugar: en la calle, en la plaza, en el trabajo, en un camino”, dijo haciendo referencia a la Misión territorial que la Iglesia chilena está desarrollando. Finalmente encomendó a todos los presentes a la Virgen María, a san Alberto Hurtado, patrono de los sacerdotes; a don Enrique Alvear y al padre Esteban Gumucio.
Renovación de las promesas
Inmediatamente después los sacerdotes presentes renovaron sus promesas ante el cardenal Ezzati. Luego se bendijeron los óleos y se consagró el crisma que ungirá a los bautizados, confirmados, a quienes recibirán la unción de los enfermos y a quienes serán ordenados sacerdotes.
Tras finalizar la misa se dio a conocer que el clero de Santiago, como signo de solidaridad con los afectados por las lluvias del norte, renunció al almuerzo fraterno que tradicionalmente se desarrollaba después de esta misa, para enviar el dinero a la cuenta de Caritas y así ayudar concretamente a nuestros hermanos afectados.
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Fuente: Comunicaciones Santiago www.iglesiadesantiago.cl